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Muere un motorista que había sufrido un accidente, la segunda víctima mortal del año en Melilla
Segunda víctima mortal del año en accidente de tráfico en Melilla. El pasado miércoles falleció en el Hospital Comarcal el motorista que había sido auxiliado por dos legionarios tras un accidente ocurrido en Torres Quevedo el 3 de julio. El hombre resultó herido tras una colisión contra otro vehículo y fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde permaneció ingresado hasta su muerte.
La víctima, que había sufrido un fuerte impacto, presentaba hemorragias por la boca y la nariz y tenía varias heridas abiertas en la cabeza. Los militares atendieron al accidentado, practicándole la maniobra de masaje cardíaco, y un médico que caminaba por la zona también efectuó un reconocimiento al hombre, que fue trasladado después al hospital. Pero, tras varios días ingresado, al final no ha podido salir adelante.
Y ya es la segunda víctima mortal en accidente de tráfico en Melilla en lo que va de año, después de que el pasado 5 de marzo un ciclista de la ciudad fuera atropellado por un conductor que dio positivo en el test de alcoholemia.
También el Ministerio Fiscal ha solicitado esta semana una multa y la prohibición de circular por un tiempo de un año y un día para un hombre acusado de un delito contra la seguridad vial al haber conducido supuestamente bajo los efectos de alcohol y sin tener permiso de circulación. En esta ocasión, el acusado chocó contra una señal y no hay que lamentar víctimas afortunadamente.
Pero parece que los ciudadanos no estarían concienciados aún de los problemas que puede acarrear el consumo de alcohol al volante. Pero no solo eso. Además, en una ciudad de tamaño medio como es Melilla en la que el tráfico no debería ser un problema, se echa en falta también más civismo a la hora de conducir.
La Mesa por la Movilidad también recordó esta semana que Melilla sigue a la cabeza en accidentes sin víctimas, por lo que abogan por desarrollar un Plan de Seguridad Vial. Pero el primero paso sería indudablemente que los conductores melillenses tomen conciencia y sean más cívicos al volante. No están solos en la ciudad. Así, todos, conductores, ciclistas y peatones, saldrían ganando en aras de conseguir una ciudad más amable.