Amnistía Internacional (AI) denuncia que se han vuelto a producir “devoluciones en caliente” de cerca de 60 personas en la frontera sur, tras el salto al vallado fronterizo de Ceuta protagonizado por unos 1.100 inmigrantes subsaharianos en la madrugada del primer día del año.
La entidad cree que el domingo se dio “una de las mayores expulsiones sumarias” de los últimos meses en la frontera sur.
El director de Amnistía, Esteban Beltrán, indica que solo dos heridos graves lograron entrar en Ceuta y se encuentran hospitalizadas, pero se expulsó a gente “con heridas leves”.
“Nos preocupa que las personas no estén accediendo a procedimientos individualizados de asilo, puesto que en este intento de salto podría haber tanto solicitantes como personas de colectivos vulnerables, incluidos menores, que no estarían accediendo a esos procesos”, añade.
Beltrán subraya que España cuenta “con el dudoso honor” de situarse en un grupo de países como Bulgaria, Hungría y Turquía, que llevan a cabo “expulsiones en caliente”, prohibidas por el derecho internacional y que impiden que personas que huyen de guerra y persecución accedan a la protección.