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La Asociación Unificada de Guardias Civiles asegura que la investigación se abrió para darle una medalla
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) está indignada tras conocer las dudas sembradas por funcionarios del Cuerpo de Bomberos de Melilla sobre un agente que participó el pasado 16 de abril en el rescate de tres menores de una cueva en llamas en la ensenada de Galápagos.
Algunos bomberos aseguraron a El Faro que varios compañeros suyos fueron llamados a testificar a la Guardia Civil para saber si la historia que contó el agente de la Benemérita se correspondía con lo que ocurrió aquella mañana en la cueva que ardió tras prender un colchón.
Sin embargo, desde AUGC aclaran que se trata de una “información reservada” que se abre siempre que se da algún tipo de incidente con notoriedad, como el ocurrido el día 16 de abril en el que cinco menores quedaron atrapados en una cueva en llamas.
En este caso, insisten desde AUGC, se hizo para evaluar la posibilidad de conceder una medalla al agente de la Benemérita que fue recibido por el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, tras rescatar a tres de los cinco menores atrapados en el fuego.
Aunque algunos bomberos afirmaron que se había abierto un expediente al guardia civil por falso testimonio e incluso le habían sancionado, la Comandancia de Melilla afirmó a El Faro que no le constaba ningún tipo de sanción ni de investigación al respecto.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles señaló en declaraciones a este periódico que el guardia que protagonizó el rescate de tres niños en la cueva en llamas se siente indignado por las manifestaciones de algunos bomberos ya que el agente ni está investigado ni ha sido sancionado.
AUGC entiende que exista algún tipo de celo profesional, pero eso no justifica que se injurie, calumnie, difame o se intente desacreditar a una persona “con una trayectoria profesional intachable”.
Hay que aclarar que la responsable del Cuerpo de Bomberos de Melilla, María José Marcos, nada más leer la noticia publicada en El Faro el pasado día 1 de este mes, se puso en contacto con este periódico para matizar que en ningún caso lo expuesto por algunos agentes era el sentir del Servicio de Extinción de Incendios.
Desde AUGC insisten en que el agente que rescató a tres niños de una cueva no se atribuyó ningún mérito que no le correspondía y hacen hincapié en que en un incendio los Bomberos sí tienen la obligación de intervenir y para ello están preparados con uniformes ignífugos. Sin embargo, el agente de la Guardia Civil arriesgó su seguridad y su vida a sabiendas de que no estaba preparado para intervenir en un medio tan hostil como puede ser el fuego.
Sin embargo, añaden, lo hizo “por el ADN benemérito que corre por las venas de cualquier agente del Instituto Armado”.
AUGC resalta además que el guardia civil, al salir de la cueva incendiada, exigió a los bomberos que estaban allí que revisaran hasta el último rincón del habitáculo para cerciorarse de que no quedaba ningún niño dentro y poder dar la novedad a sus jefes.