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Un reguero de personas acompañó a la hermandad durante el recorrido de más de 10 horas
La tradición volvió a cumplirse un año más y cientos de personas acompañaron durante la tarde y noche del Jueves Santo al Cautivo de Medinaceli y a su Madre, María Santísima del Rocío en su estación de penitencia.
La avenida de la Juventud, la cuesta de la calle Auxilio Social, el Puente de los Alemanes, su parada en el Centro Asistencial o la avenida Juan Carlos I fue un hervidero de melillenses y visitantes llegados desde distintos puntos de la península para poder acompañar a las imágenes que han aguardado pacientemente y para ver de cerca al Señor y a la novia de Melilla, la Virgen del Rocío. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Agrupación Musical Jesús Cautivo.
Paso por el puente
El paso por el Puente de los Alemanes requirió máxima precisión. Las maniobras, ejecutadas por los portadores a las órdenes de Andrés Aceituno y Antonio Andújar, en el caso del Cristo, y de Pedro Pérez y Carlos Crouseilles, en el caso de la Virgen, permitieron pasar las imágenes debajo de los arcos del puente sin que las potencias del Cristo ni el palio de la Virgen quedaran dañadas. Las mujeres y hombres de trono recibieron como respuesta el aplauso del público.
Parada en la Gota de Leche
Especialmente emotiva fue la parada obligada en el Centro Asistencial para visitar a los ancianos y menores de la entidad. Las personas mayores recibieron con emoción y devoción al Cristo, al que rezaron y cantaron. En el propio patio de la Gota de Leche los hombres de trono levantaron al Cautivo a pulso en varias ocasiones. Los residentes más pequeños del centro quedaron boquiabiertos. Muchos presenciaron por primera este acto religioso.