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Los pequeños detalles roban de momento el protagonismo a los grandes regalos de Reyes
Los españoles, tardíos por naturaleza, no íbamos a ser menos con las compras de Navidad. “La gente siempre se espera al cinco de enero”, cuenta a El Faro una dependienta de Duty Free, un establecimiento del centro de la ciudad. Por ello, si ve las tiendas abarrotadas en estos días, no se apure y piense que es el último de la clase. Del mismo modo, si accidentalmente encuentra un regalo en algún rincón de casa, tampoco se haga excesivas ilusiones, porque muy probablemente no sea para usted. Y es que Papá Noel y los Reyes Magos no han tenido aún el tiempo suficiente para ponerse al día con sus millones de encargos y, por ahora, están respetando el momento del ‘amigo invisible’.
Los juguetes y los grandes regalos tendrán pues que esperar unos días, mientras las curiosidades, los pequeños detalles y, por supuesto, los artículos puramente navideños terminan su particular temporada. “Las diademas con lucecitas y los gorros de Papá Noel han volado”, asegura a El Faro una trabajadora de Flying Tiger, quien señala que las casitas de Navidad, el papel de envoltura o los nacimientos son algunos de los accesorios más solicitados en estos días.
La comida (a través de las gominolas, las galletas de jengibre o las cajas de bombones) se cuela entre las preferencias de los usuarios a la hora de elegir el detalle perfecto para sorprender a los amigos en los reencuentros que monopolizan estas fechas. En los casos más humildes, los juguetes de bajo coste, como mini billares, canastas o el resucitado ‘slime’ (conocido popularmente como blandiblú), copan el protagonismo que, en categorías superiores, tienen los perfumes.