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Los melillenses desaprovechan el factor campo y ya no dependen de ellos mismos
La UD Melilla seguirá una semana más fuera de los puestos que dan derecho a disputar las eliminatorias de ascenso a Segunda División. El conjunto azulino encaraba el partido dependiendo de sí mismo de cara a acabar la jornada en zona de playoff, pero el punto conseguido resultó insuficiente para lograr el objetivo. Enfrente tenía al rival idóneo para redondear un fin de semana mágico, ya que una victoria hubiera aupado a la escuadra norteafricana hasta la zona noble de la clasificación en detrimento del Villanovense, que defendió con uñas y dientes su privilegiada posición.
La UD Melilla desaprovechó el factor campo para subirse al carro de los elegidos a pesar de contar con una afición entregada y animosa que no dejó de apoyar al equipo a lo largo de un partido que resultó intenso, pero con un pobre bagaje en cuanto al juego desplegado por ambos contendientes. Llamó la atención el hecho de que el técnico local Juan Moya no realizara los tres cambios en un partido en el que necesitaba más argumentos ofensivos que defensivos. Sobre todo porque además de jugar en casa estaba también en juego la posibilidad de entrar a falta de seis jornadas en puestos de liguilla. A todo esto el ‘Hechicero del Rif’ viendo el partido desde la grada donde no paró de recibir muestras de cariño por parte de la afición.
Los azulinos saltaron al césped del Municipal melillense con la intención de encarrilar pronto el encuentro. Parecía que los de Juan Moya tenían una marcha más que los de Manolo Sanlúcar. La primera media hora fue de dominio local, aunque sin apenas profundidad. De hecho, la única ocasión clara de los unionistas llegaba a los cinco minutos del inicio en una jugada bien trenzada en banda izquierda que finalizaba Jairo con un disparo intencionado al que respondía Wilfred, bien colocado en el primer palo, despejando a córner.
Con el paso de los minutos el ímpetu de los azulinos fue a menos y el juego se equilibró. Del duelo individual que mantuvieron Pepe y Mustapha saltaron chispas, pero apenas duró media hora. Lo que tardó en pedir el cambio el jugador villano con un pinchazo en el abductor de su pierna derecha, que obligó a Sanlúcar a dar entrada a Adri Cuevas en su lugar.
Para entonces, la batalla se desarrollaba en la parcela ancha donde la pelea cuerpo a cuerpo estaba servida en cada balón dividido con resultado dispar. Juan Moya optó por dejar de inicio a Borja Prieto en el banquillo y poner en liza a dos puntas, pero la apuesta no le dio el resultado esperado. El técnico melillense solo realizó dos cambios. Los únicos ofensivos que tenía a su disposición en una convocatoria en la que primaban los jugadores de corte defensivo y de la que se caían los melillenses Sufian y Borja López, jugadores de indudable corte creativo.
Antes del asueto el Villanovense se acercaría de manera tímida al marco de Dani Barrio. Candelas, que había subido por su banda izquierda, dibujaba un centro al área y Carlos Fernández cabeceaba muy desviado por encima del travesaño, por lo que al descanso se llegaba con el empate a cero inicial.
Tras el paso por los vestuarios el guión apenas varió. La UD Melilla intentaba llevar la iniciativa ante un Villanovense al que le bastaba mantener el orden atrás para mantener el partido donde quería.
El empate le venía bien al conjunto de Villanueva de la Serena. El equipo extremeño jugaba su partido. Eran los locales quienes estaban obligados a dar un paso al frente si querían arrebatarle la codiciada tercera plaza en la clasificación. Así, a los diez minutos escasos de la reanudación, la escuadra azulina disfrutaría de la ocasión más nítida del partido en una acción en la que Pepe centraba desde la derecha al corazón del área y David Agudo, con todo a su favor, cabeceaba fuera.
Apenas había transcurrido un minuto, y en la siguiente acción un centro de David Agudo se paseaba por el área de meta sin encontrar rematador. La última ocasión de peligro para el portal defendido por Wilfred llegaba a falta de casi media hora para el final tras un centro al área de Pepe que Santi Luque controlaba y ajustaba un lanzamiento al palo corto al que el meta villano respondió enviando el esférico a saque de esquina.
A partir de ese momento el partido entró en una fase de incertidumbre en la que el único atisbo de peligro de cara a la portería adversaria llegaba en lanzamientos lejanos al área o en acciones a balón parado. No hubo más. El Villanovense sigue siendo equipo de playoff y el Melilla, ahora sin depender de sí mismo, intentará seguir la estela de los equipos de la zona noble a la espera de una nueva oportunidad de asaltarla.