Tristemente hay quien desea convertirnos en noticia, pero los periodistas no somos la noticia, sólo nos encargamos de trasmitirla. Hoy en nuestra primera página damos eco preferente, en coherencia a la importancia que venimos dando al asunto y creemos tiene, a la decisión del juez competente en la causa por presunto fraude electoral en las Generales de 2008, de suspender la toma de declaraciones a los dirigentes socialistas inicialmente imputados en el proceso y que, por extensión, dejará inoperativas el resto de citaciones que se han realizado como imputados a otros miembros del mismo partido y a otros dirigentes o no de CpM, llamados a declarar en todos los casos en el día de hoy.
La autoridad judicial, que en principio no atendió la petición de suspensión de las declaraciones realizada por la defensa de los imputados, argumentando que habían contando con tiempo suficiente para conocer el procedimiento, ha rectificado por entender, según trasmitía ayer el PSOE a través de la portavoz de su comité electoral, Rosa López Ochoa, que podía producirse una indefensión que acabara por anular las actuaciones.
Lógicamente no sólo trasmitimos la noticia sino que respetamos la decisión judicial, que parece acertada si de lo que se trata es de garantizar los derechos fundamentales de unos ciudadanos que, por su condición de políticos, no tienen por qué ver mermados ninguno de sus derechos, incluida la presunción de inocencia.
Hemos sido cautos y respetuosos en toda esta actualidad reciente de tono político judicial, pero fieles también a nuestra obligación de trasmitir lo que andaba sucediendo. Y de ahí el inicio de mi artículo, dadas las nuevas advertencias de acciones legales contra la prensa y el anuncio claro, desde el Grupo GAM (Grupo Asesores de Melilla), del que es socio el cepemista Abderrahim Sellam, de denunciar a la empresa editora de este Diario y a mí, no ya sólo como directora general de este medio sino como autora de una noticia publicada en este mismo periódico el pasado martes, en la que se informaba de que Sellam se encontraba en la cárcel madrileña de Soto del Real en prisión preventiva.
Anteayer, la diputada por CpM, Dunia Almansouri, ya adelantó esas acciones legales, en una confusión inexplicable entre la empresa de Sellam y su partido, salvo denuncia doble que puedan presentarnos el citado Grupo GAM por un lado y Coalición por Melilla, de otro,
Jamás he mencionado al Grupo GAM en mis informaciones, aún así se me dice que he dañado a la citada empresa y que he falseado cuando he dicho que Sellam había sido detenido por una imputación en un presunto delito de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico.
Si hubo algún error menor en la información, no creo que fuera relevante, porque lo importante es lo que se comunicaba, es decir, que está en prisión preventiva a la espera de que el viernes, es decir, mañana, el juez competente en la causa decida sobre su situación, que bien puede ser su puesta en libertad incondicional o no, con o sin fianza, o la continuidad en prisión.
Decididamente quieren someternos a una presión extrema en este asunto, como también han querido hacerlo en la otra causa del presunto fraude electoral en las Generales de 2008. Son gajes del oficio y así lo aceptamos, pero no es nuestra función convertirnos en noticia, ni aguantar estoicamente el descrédito, que se nos amenace con acciones legales un día sí y otro también, o que se diga de nosotros, en mi caso, que invento o que miento.
Hay quien se queda con una sola línea y quien enjuicia un trabajo continuo que no se resume en una sola afirmación o un único comentario. Los lectores son lo que importan al fin y al cabo.
Es mucho lo que hay en juego en las elecciones de mayo, pero en ese trance que nos queda hasta el día de cita con las urnas no vale todo, ni las amenazas, ni las presiones, ni la inclinación por sembrar el miedo. Sencillamente ya está bien y con esto no aludo a nadie en concreto, expreso tan sólo una opinión y un estado de ánimo porque creo que tengo derecho a hacerlo y porque la empresa que me publica este artículo y me da trabajo me lo permite.