El sector de Sanidad del CSIF de Melilla denuncia que en verano se sustituye sólo a uno de cada tres profesionales en Atención Primaria.
"En la época estival faltan médicos, enfermeros y auxiliares", afirma Carmen Sánchez, presidenta del sector de Sanidad de la central sindical. "Se cubren únicamente las bajas de los celadores porque de momento están en bajos mínimos y no queda otra que buscar a alguien que cubra la plaza de aquel profesional que se vaya de vacaciones", explica Sánchez.
Además desde CSIF denuncian que cada verano se establezca un plan de cierre de camas con el "conocido" argumento de "la baja ocupación" y para llevar a cabo "trabajos de mejora" en las distintas instalaciones. "Siempre dicen que tienen que pintar las paredes o arreglar desperfectos y con esta excusa lo que consiguen es ahorrase la mitad del personal", manifiesta Sánchez.
Contratos
El representante de la Federación de Sanidad, Miguel Ángel Sáiz, coincide en alertar del peligro de que la Atención Primaria languidezca en su papel de piedra angular de la asistencia sanitaria pública. Sáiz duda que "se cubran todas las bajas" en este servicio. No sólo se refiere a la acumulación de agendas, sino también al tipo de contratos que se ofrece a los jóvenes formados en esta especialidad: "Son poco atractivos, ya que no dejan de ser contratos de sustitución", señala.
Quejas de pacientes
El hecho de que no se cubran todas las plazas de los médicos que se van de vacaciones provoca que las citas se demoren y pone en riesgo la calidad de este servicio, según los colectivos y asociaciones consultados por El Faro.
Este periódico también ha querido conocer la opinión de los ciudadanos y ha pasado una mañana en el centro de salud Zona Centro.
Mientras Juan José Lomeña aguarda su turno en una de las salas de espera del centro se dispone a calificar el sistema sanitario con un único adjetivo: "Lamentable". Explica que su actitud tajante es más que "justificada": "Hace tres meses me dio un infarto, ahora estoy de baja y cada semana tengo que recoger un parte de confirmación de baja. Vine el martes a las 9 de la mañana para pedir cita, me la dieron para el mismo día y tras horas de espera, me encuentro con que mi médico no está. No estaba el mío, pero no hubo nadie que me pudiese atender", cuenta.
Lomeña no se dio por vencido y acudió a la mañana siguiente al centro de salud para recoger su parte. "Vine a las 8 de la mañana y a las 12:05 fue mi turno y finalmente conseguí el papel, pero nos complican la vida a los pacientes y no culpo a los profesionales, sino al sistema", aclara.
Fatima Mohamed está en el centro para que le receten su medicación. Ella también alaba la labor de los facultativos, pero cree que cuando un enfermo tiene que esperar varias semanas para que lo vea su médico de cabecera, o "dos o tres" meses para ser atendido por un especialista sólo le quedan dos opciones: "O aguantas en casa o acudes a las urgencias hospitalarias. Precisamente lo que quieren que no hagamos, pero si uno se encuentra mal ha de ser atendido ¿no?", pregunta.
Ana Borges cuenta a este periódico que acude al centro para una revisión rutinaria. "Soy diabética, tengo artrosis y me falla el corazón", explica. Asegura que no es el primer verano que salta la chispa. "Casi todos los años nos encontramos con el mismo problema. La gente tiene que tomarse sus vacaciones merecidas, pero no son capaces de cubrir todas las bajas", asevera.