El transporte y los diferentes medios con que cuentan los melillenses para salir de la ciudad volvieron a ser los protagonistas ayer de una jornada un tanto agridulce, puesto que daba comienzo, casi de manera oficial, la segunda quincena de agosto y, con ella, la tradicional operación salida de vacaciones.
Sin embargo, al mismo tiempo, dos barcos rápidos se cancelaban por culpa del fuerte viento de levante, que llegó a alcanzar los 40 nudos, y el oleaje de hasta cuatro metros. Dependiendo de la compañía, unos tenían más suerte que otros, pero de lo que no hay duda es que es frustrante luchar contra fenómenos naturales.
Al contrario que en muchos otros puntos de España, donde se alerta del estado de las carreteras y se pide precaución a los conductores, en Melilla tenemos que mirar al mar y al cielo. Una gran parte de los melillenses podrán decir que, alguna vez, han visto truncado uno de sus desplazamientos a la península, ya sea en barco o en avión, por culpa de las condiciones meteorológicas adversas, lo que comúnmente conocemos como mal tiempo.
Ayer fue el turno de los barcos. Las colas llegaron a ser realmente largas en la Estación Marítima de nuestra ciudad a causa de la cancelación del barco rápido con Málaga. Los usuarios decían a El Faro que no sabían qué hacer para salir de Melilla, puesto que se quejaban de la falta de previsión de la empresa al reubicar o cancelar con antelación la ruta para que así los viajeros tuvieran tiempo de buscar alternativas.
Esta operación salida, ya fuera de vacaciones o de puente, además, se juntó con la falta de previsión de algunos viajeros de la Operación Paso del Estrecho (OPE). Según informaron a este diario fuentes de la organización de la OPE, unos 60 vehículos se habían quedado sin embarcar en la noche del jueves porque no llegaron a la hora establecida para la salida de los buques.
En definitiva, la agilidad con que estaba funcionando el Puerto de Melilla durante esta OPE se vio ayer alterada por un cúmulo de factores.
No hay que dejar de lado, sin embargo, que la llegada de una nueva naviera, en este caso Baleària, en condiciones normales, servirá para dar más agilidad a los trayectos por mar hacia la península, a la vez que ofrece más horarios y posibilidades.