El educador Hajj Jalid Nieto resalta la importancia de la familia y del maestro en la sociedad en una charla del I Congreso sobre Sufismo celebrado en Melilla.
“Todo lo que el Islam debe hacer en la gente que lo practica es elevar las nobles cualidades de la persona, como el amor, el respeto y la comprensión, pero no sólo entre los propios musulmanes, sino con el resto de individuos con los que convive”. Así lo aseguró ayer a El Faro el educador y profesor de Ciencias Sociales, Hajj Jalid Nieto, uno de los conferenciantes del I Congreso de Sufismo de Melilla celebrado en la Zawiya Al Alwiya.
‘La educación del Adab, en la familia y la comunidad’ fue la conferencia que ofreció al público asistente que llenó la sala. En esta charla habló sobre que es la familia el núcleo donde se produce la “transición de unas cualidades nobles a la generación futura”.
Afirmó que la educación en valores de los hijos comienza en las casas, donde deben aprender el amor, el respeto a los ancianos, el cuidado por la alimentación y la higiene personal, así como la oración. En este último punto, Nieto subrayó que el rezo debe aprenderse en familia.
Este educador reconoció que es difícil conseguir reunir a padres e hijos en una mesa para compartir un rato de charla y comer con tranquilidad. Sin embargo, resaltó que es preciso encontrar ese hueco.
Pero Nieto va más allá en sus recomendaciones y aseguró que los niños no sólo deben criarse en el amor de la familia primaria, sino que deben reunirse con primos, tíos y abuelos. “Son principios básicos para que el amor por la humanidad y el respeto por los mayores permanezca en las generaciones futuras”, aseveró.
Los maestros
Otro pilar de la educación son los maestros. Este conferenciante explicó su caso personal y es que contrató a un instructor para que formara a su hijo desde muy pequeño. Cuando el niño llegó a la escuela pública, tras cada clase, se acercaba a los profesores para agradecerles su labor. Estos docentes no sabían ni qué contestar y acabaron por decirle que no era necesario que les diera las gracias a diario. El pequeño fue educado para entender que “el conocimiento que le estaban trasmitiendo merecía este reconocimiento a los profesores”, añadió.
De esta forma, Nieto subrayó que se debe volver a recuperar el respeto que se tenía a los docentes “porque, en colaboración con las familias, moldean el intelecto y el comportamiento de nuestros hijos”. Afirmó que se trata de un trabajo en común entre la escuela y los padres y por ello, debe haber una muy buena comunicación entre ambas entidades.
“El respeto al maestro debe ser un bien cultural, si no la civilización se perderá”, aseveró.
Este experto en Educación también comentó que el amor hacia la familia y el maestro debe inculcarse a los niños cuando son muy pequeños. Explicó que al hacerse mayores empiezan a manifestar su ego y éste se construye al reafirmarse frente al resto del mundo. La independencia que buscan los adolescentes puede llevarles a adoptar conductas que no aprueba la familia o incluso que no sean adecuadas para la sociedad.
El Islam
Por otro lado, este docente trató en su conferencia que está rescatando la cultura de la civilización islámica porque hay un desconocimiento de ello y forma parte de el mundo actual.
En este sentido, se preguntó por qué no hay un libro sobe economía islámica cuando durante 1.400 años esta civilización se ha mantenido y además, el 90% de ellos se ha dedicado al comercio. “¿No podrían aportar algo para solucionar los problemas actuales de la economía?”, apuntó.
Las conferencias
Fue el pasado viernes cuando comenzó este I Congreso sobre Sufismo en Melilla. Se ha organizado esta jornada de forma paralela al encuentro que todos los años realizan centenares de peregrinos que llegan de todas las partes del mundo para rezar en la Zawiya Al Alawiya.
El objetivo de las charlas era informar a los ciudadanos sobre el sufismo y analizar el papel de los sufís en este momento.
“No tengo otro trabajo ni cultivo otra semilla que no sea el amor”
Las conferencias fueron clausuradas por el coordinador de Comunicación de este congreso, Abdelkader Mohamed Ali, que deseó que los participantes de este encuentro vean que “el sufismo no es más que el Islam original”.
Explicó que con haber despertado el interés en una persona y con haber “encendido una luz más allá de los acontecimientos diarios, me dio por satisfecho”. De hecho, optó por no hacer una valoración final ni sacar conclusiones para que el público reflexionara en su interior sobre qué aspectos son los más destacados de estas ponencias.
Para terminar su intervención leyó un poema. Uno de sus versos decía “yo no tengo otro trabajo que no sea el amor y no siembro otra semilla que no sea el amor”.