El equipo azulino elude el descenso directo tras conseguir un triunfo de peso en su visita al Nuevo Colombino. Necesita sumar el sábado frente Cartagena o que el Algeciras no gane.
La impresionante segunda vuelta que está realizando la UD Melilla le ha valido para conseguir la salvación, aunque de manera virtual, a falta de dos jornadas para la conclusión del campeonato. Al equipo azulino sólo le hace falta sumar al menos un punto de los seis que tiene que disputar para evitar también la promoción de descenso.
Pero lo que son las cosas, si se dieran los resultados necesarios la escuadra norteafricana podría acabar ocupando uno de los puestos que dan derecho a participar en la próxima edición de la Copa del Rey. No es fácil que se dé dicha situación, sobre todo porque el Melilla no depende de sí mismo para ello. Tendrían que fallar los cuatro equipos que están situados por delante en la clasificación y los azulinos ganar los dos partidos que quedan.
Tiempo habrá de analizar lo sucedido a lo largo de una temporada para olvidar. Muy similar a la anterior, pero con la diferencia que el curso pasado el Melilla llegaba al tramo final peleando por entrar al playoff de ascenso a la Liga Adelante y esta lo hace peleando todavía por no descender a Tercera División. Y eso que este año la cantera no está representada en la plantilla con el famoso 75 % del ejercicio precedente.
Algo se ha hecho mal y de los errores se aprende. Todavía no hay que sacar pecho. Falta certificar la permanencia. Sorprende que muchos jugadores aludan ahora a modo de reproche que a este equipo lo daban por muerto, cuando en verdad ha estado 30 jornadas en puestos de descenso por méritos propios, por lo mal que lo han hecho durante casi toda la temporada.
Repartir culpas
Alguien que lleve muchos años en esto del fútbol puede pensar dos cosas: O que los jugadores no corrían antes como lo hacen ahora llevados por situaciones diversas; o, simplemente, que cuando las cosas se hacen con normalidad los resultados llegan por sí solos. A nadie escapa que la UD Melilla tiene uno de los presupuestos más altos no sólo del Grupo IV sino de toda la categoría. Así que lo normal sería estar peleando por ascender a Segunda A y no por no descender.
Habrá tiempo de repartir culpas y de reconocer lo bueno que se haya hecho. Al César lo que es del César. Ahora cualquier aficionado puede preguntarse qué hubiera ocurrido si el equipo hubiera hecho una pretemporada normal. Si los jugadores hubieran estado más o menos al día en cuanto al cobro de sus emolumentos. Si al anterior técnico se le hubiera dado la posibilidad de reforzar al equipo. La forma de afrontar los desplazamientos, la relación entre el club y el cuerpo técnico, etc...
Ahora no puede salir ningún jugador a sacar pecho ni a reprochar nada. Ahora, o mejor cuando acabe la competición, lo que tendría que hacer más de uno es pedir perdón al aficionado por haberle hecho sufrir tanto. Sobre todo porque el equipo está sufragado cuasi al cien por cien con el dinero que paga de sus impuestos.
Sanción a Granero
El técnico de la UD Melilla podría ser sancionado con tres partidos de suspensión por el lanzamiento de un balón desde su banquillo durante el encuentro disputado en el Nuevo Colombino ante el Recreativo de Huelva, en base al artículo 101.2 del Código Disciplinario de la RFEF.
El colegiado tinerfeño Víctor Pérez Peraza reflejó en el acta que “en el minuto 89 el técnico Granero, José Carlos fue expulsado por el siguiente motivo: Por lanzarse un balón hacia el interior del terreno de juego, desde su banquillo, sin poder identificar al lanzador, estando el juego detenido”.
Además de la posible sanción al técnico valenciano, el club azulino tiene intención de presentar un recurso para que no ser sancionado económicamente.