La Guardia Civil localizó la droga oculta en dobles fondos de la parte trasera de un semirremolque.
La Guardia Civil ha batido un récord. En concreto, ha localizado e intervenido la mayor cantidad de hachís requisada en los últimos cuatro años en el Puerto de nuestra ciudad. Más precisamente, la cantidad encontrada por la Benemérita fue de 425,6 kilogramos, que los agentes localizaron en un semirremolque de mercancías que tenía como destino la localidad andaluza de Motril.
La actuación de los agentes del Instituto Armado tuvo lugar el pasado domingo por la mañana, al proceder los efectivos a los controles selectivos que se realizan a los vehículos que embarcan en los buques que parten desde nuestra ciudad y que tienen como destino la península.
En concreto, los más de 400 kilogramos de polen de hachís fueron localizados en un semirremolque que, según informó ayer la Guardia Civil mediante una nota de prensa, era de la marca Groenewegen y contaba con matrícula española. Este anexo era arrastrado por un camión de marca Volvo y con matricula portuguesa, que estaba conducido por un zaragozano, que fue arrestado.
Más de 1 millón
Tras utilizar el detector de estupefacientes en el vehículo, los agentes detectaron indicios de presencia de droga, por lo que se dispusieron a hacer “un laborioso registro” en el remolque. Finalmente, los guardias civiles localizaron los 425 kilos de hachís ocultos en dos dobles fondos en la parte posterior del vehículo. Estos espacios estaban sellados a lo largo del chasis, para evitar así que desprendieran olor.
Además, la Benemérita recalca que el semirremolque contaba con unas lianas de las que se podía tirar para extraer los paquetes de droga, que eran de forma cuadrada, adecuándose al espacio de los dobles fondos.
En total, según los cálculos de este Cuerpo, esta cantidad de estupefacientes podrían haber supuesto un total estimado de 1.700.000 dosis de hachís.
93 paquetes
Esta cantidad de polen estaba repartido en un total de 93 paquetes. Para tener acceso a ellos los efectivos tuvieron que despegar las defensas de goma que presentaban fijadas, abrir una trampilla y a continuación otra, cuya finalidad era “sellar” por completo los dobles fondos, en la creencia de que así evitarían que el estupefaciente fuera detectado por el perro patrulla.
El único detenido por esta operación contra el tráfico de estupefacientes es un ciudadano español de 60 años, residente en Zaragoza, que ayer mismo fue puesto a disposición judicial y que está acusado de cometer un delito contra la salud pública.