El momento por el que atraviesa la UD Melilla es harto complicado, pero no definitivo. Así lo ve al menos el nuevo técnico del equipo José Carlos Granero, quien solicitaba de manera explícita la llegada de refuerzos cuanto antes.
“Hace falta que entre aire fresco en el vestuario”, manifestaba al término del partido del domingo ante el Algeciras.
Y es que el equipo adoleció el domingo de encefalograma plano. Parecía que no se jugaba nada. No fue un partido a cara de perros como se esperaba. El esperado “efecto” Granero solo acompañó al equipo unos minutos. Lo justo para ver un aseado dibujo táctico que no vino acompañado de argumentos. Es pronto para notar el cambio, pero si de algo no dispone el nuevo entrenador es de tiempo. Es consciente de ello. El equipo necesita reactivarse y reaccionar ya. El domingo no hubo ni acción ni reacción. Quizá la situación tenga la culpa del bloqueo que sufren los jugadores, pero hay una cosa clara: la facilidad con la que el Algeciras se llevó los tres puntos del feudo norteafricano. Ay que ser justos. No solo el Algeciras, también el Granada B.
Uno le desea lo mejor al nuevo entrenador. La tarea que tiene por delante no es fácil. Pero uno se pregunta si es el idóneo para sacar el equipo de donde está. Granero, acostumbrado a conducir Ferraris, lo que afronta es un nuevo reto para él. Son sus palabras. Nadie duda de su capacidad. Pero a lo mejor la entidad azulina tenía que haber apostado por un técnico que además de conocer a la plantilla, supiera la idiosincrasia del club y su entorno. Muy diferente a la del resto de equipos de la categoría.
Lo que sí parece claro es que lo que se le negó al anterior técnico, al que tampoco hay que eximir de responsabilidades, ahora se le va a dar al nuevo. Lo que se quiso ahorrar por un lado, ahora se va a gastar por otro. De aquellos polvos, estos lodos. Esperemos que no sea tarde. Nunca lo es si la dicha es buena. Ahora toca remar todos en la misma dirección. Hasta ahí todos de acuerdo. Tiempo habrá de analizar lo que ha sucedido y le está pasando a la UD Melilla, que vive los peores momentos de su larga historia. Cuando llegue el momento, que cada palo aguante su vela.
Los resultados de la jornada no pudieron ser peores para el equipo unionista, que ahora se encuentra un punto más lejos de la zona de permanencia y ostentando el ingrato entorchado de “Farolillo Rojo”. Ganó el Betis B, el Villanovense y el Almería B. Los dos primeros fuera de casa, lo que no ha conseguido todavía la UD Melilla en lo que llevamos de temporada. Lo mejor de todo es que las diferencias aún no son insalvables, y que la mayoría de equipos implicados en el descenso tienen que visitar el Álvarez Claro. En otros tiempos temible para los foráneos. Recuperar la condición de “Fortín inexpugnable” se antoja vital para al menos llegar al tramo final del curso con posibilidades de cumplir con el objetivo de permanecer un año más en la división de bronce del fútbol español. Del mismo modo, volver a saborear las mieles del triunfo lejos de casa debe de ser otro objetivo a corto plazo. Sobre todo en una segunda vuelta en la que el equipo jugará más partidos en territorio hostil que en terreno conocido.