Agentes de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, en colaboración con efectivos de diferentes unidades de la Zona de Cataluña y de la Comandancia de Barcelona, detuvieron ayer a dos hombres y una mujer implicados en una red de captación y reclutamiento de personas para su incorporación a la organización terrorista DAESH.
La operación se desarrolló bajo la dirección del Juzgado Central de Instrucción número 6 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Los dos hombres, de 32 y 42 años de edad y naturales de Tánger (Marruecos), residían en un mismo domicilio de Barcelona, ciudad en la que han sido detenidos y desde donde se dedicaban, a través de diferentes plataformas virtuales y redes sociales, a difundir el ideario extremista del DAESH y a captar adeptos para enviarlos a zonas de conflicto.
Viajaba a Afganistán
Por su parte, la mujer, de 24 años de edad y natural de Granollers (Barcelona), ciudad en la que ha sido arrestada, había experimentado un proceso de radicalización que la había llevado a compartir completamente la estrategia de los grupos terroristas extremistas a los que pretendía unirse en un inminente desplazamiento.
Esta joven tenía, “literalmente”, la maleta preparada para viajar a Afganistán, según informó el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que compareció tras las detenciones.
En las próximas horas, la Guardia Civil tomará declaración a otras cuatro personas por su presunta relación con los detenidos.
Radicalización extremista
La Guardia Civil mantenía abierta una investigación sobre esta red desde hace varios meses en el marco de las pesquisas que se mantienen sobre las comunicaciones entre miembros del DAESH y seguidores residentes en España. Estas comunicaciones no solo suponen un factor potenciador de la radicalización extremista en España, sino que pueden ser utilizadas para vehicular instrucciones operativas y materializar estrategias concretas de los líderes de la banda terrorista.
Los investigadores tratan ahora de determinar la extensión completa de la estructura de personas que se ocultan detrás de los numerosos perfiles en redes sociales e identidades virtuales, y las actividades concretas relacionadas con el envío de militantes a zonas en conflicto en las que podrían haber participado.