El vidrió impactó a escasos centímetros de un transeúnte que pasaba por el lugar.
Alrededor de las 14:30 horas de ayer se produjo el desprendimiento de parte del vidrio de una ventana en la segunda planta del número 20 de la Avenida Castelar. La caída de ese cristal no causó heridos, pese a que el impacto en el suelo se produjo a escasos centímetros de un transeúnte que pasaba en ese momento por el lugar.
El suelo quedó repleto de fragmentos de vidrio desperdigados en la terraza de un restaurante ubicado en la planta baja del edificio. La dureza del impacto provocó que incluso las mesas quedaran cubiertas por pequeñas partículas de cristales como consecuencia de la fractura del vidrio.
En ese preciso instante todos los clientes se encontraban dentro del local y no había ninguno sentado en la terraza, lo que evitó que hubiera que lamentar algún herido.
La ventana afectada se encontraba en la segunda planta del inmueble. El Faro acompañó a un vecino hasta la puerta de ese piso, pero nadie respondió a las llamadas efectuadas.
Tras recibir un aviso, los Bomberos acudieron al lugar con un camión provisto de grúa. Uno de los agentes fue elevado a la altura del marco de la ventana para retirar los restos del vidrio que permanecían allí y evitar de ese modo nuevos desprendimientos.
Ventana abierta
Un agente de la Policía Local consultado por este periódico indicó que, antes de producirse el suceso, la ventana no había sido cerrada por el inquilino de ese piso. Ese hecho, unido a las fuertes ráfagas de viento que soplaron ayer en la ciudad, es la causa más verosímil de la fractura del vidrio, que debió de quebrantarse tras haber recibido continuos golpes por la acción del aire sobre la ventana.
Tras examinar el lugar y retirar fragmentos de cristales de la cornisa, el bombero que subió en la grúa fue trasladado a tierra y se dieron por finalizadas las tareas con el fin de impedir más desprendimientos.