El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, confirmó ayer la noticia adelantada por El Faro sobre la próxima incorporación de medio centenar de miembros de la Guardia Civil a la Comandancia de Melilla.
Y además anunció el refuerzo de la plantilla de la Policía Nacional con la llegada de 40 nuevos agentes a la Jefatura. Ambas decisiones del Ministerio del Interior se producen después de las reiteradas peticiones de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y de los sindicatos policiales UFP y SUP. Tanto una como los otros han venido insistiendo en la necesidad aprobar la llegada de refuerzos debido al incremento de la carga de trabajo y a la paulatino envejecimiento de las plantillas. El anuncio del delegado del Gobierno hará que los agentes de ambos Cuerpos puedan desarrollar su trabajo más cómodamente, aunque el número de efectivos enviados por el Ministerio todavía está lejos de la peticiones de los sindicatos policiales y, sobre todo, de la AUGC, que reclamaba la incorporación de 150 nuevos guardias civiles a la Comandancia.
La llegada de estos agentes da respuesta a esos dos primeros argumentos (aumento de la carga de trabajo y envejecimiento de la plantilla), pero hay un tercero que es más importante dado que afecta a nuestra seguridad ya que los agentes se encuentran casi desbordados ante los múltiples frentes que tienen que atender. No sólo deben esforzarse para dar respuesta a los hechos delictivos que puedan ocurrir en la ciudad, sino que también deben atender el gran flujo de personas y vehículos que cada día atraviesan la frontera en ambos sentidos, han de fiscalizar el paso de mercancías, tienen que llevar a cabo el control documental, vigilan el tránsito de pasajeros en el puerto y el aeropuerto, están pendientes de los múltiples problemas relacionados con la inmigración... Y además, llevan a cabo cada una de estas funciones teniendo siempre presente en los últimos años la constante amenaza del terrorismo yihadista.
La situación económica por la que ha atravesado nuestro país y que todavía sufre (aunque ahora en menor intensidad) ha hecho muy difícil el refuerzo continuo que necesitan ambos Cuerpos de Seguridad. Esta falta de recursos la han venido supliendo los agentes con un sobreesfuerzo que ha permitido mantener unos niveles aceptables en nuestra seguridad. Este buen trabajo de los policías nacionales y de los guardias civiles ha evitado que no hayamos tenido que lamentar los presupuestos ajustados con los que han venido funcionando ambos Cuerpos de Seguridad. A los agentes de la Policía Nacional y de la Benemérita les corresponde el mérito.