La reunión bilateral España-Marruecos ha dejado pocos titulares. El secretismo de Rabat ha dado a luz un comunicado ambiguo, elaborado para contentar a todos, decir mucho y no decir nada.
Pero en el texto hecho público tras la reunión de ayer de los titulares de Interior y Defensa de ambos países sobresale la intención de Marruecos de formar a los imanes para que combatan el radicalismo religioso en las mezquitas. La práctica ha demostrado que los presuntos yihadistas detenidos en nuestro país (muchos de ellos en nuestra ciudad) y en Marruecos en el último año no encontraron un caldo de cultivo para radicalizarse en los templos de oración sino en Internet. Sin embargo, Rabat quiere curarse en salud y no pretende dejar flecos sueltos. Y España lo aplaude. Sabe que Marruecos ha ido más allá en la lucha antiyihadista, quizás porque siente que tiene el peligro más cerca. No hay que olvidar que ya hay adeptos al Estado Islámico en Libia o que el Reino alauí no le quita ojo al conflicto del Sahel. Por eso sus leyes son severas con el yihadismo. Aún no sabemos si los ministros españoles de Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Defensa, Pedro Morenés, abordaron en el encuentro de ayer el tema de la investigación en torno a la muerte de los melillenses Emin y Pisly por disparos de la Marina Real marroquí hace ya casi dos años. Nada se ha sabido desde entonces. Nos han contado que Marruecos investiga y que las cosas de palacio van despacio. Y tanto. Seguimos a la espera de que las autoridades marroquíes dediquen al menos un minuto de su preciado tiempo a atender una petición que España, según nos ha contado el ministro Margallo, hizo por la vía de urgencia hace ya un año. Sobre el papel, los encuentros bilaterales entre España y Marruecos son extremadamente provechosos. Especialmente para los que se hacen la foto. En la práctica no trascienden los beneficios de la desaparecida RAN (Reunión del Alto Nivel) hispano-marroquí ni estas continuas visitas ministeriales a Marruecos. Sabemos que las cosas están funcionando bien porque las detenciones de yihadistas, por ejemplo, se están haciendo de manera coordinada. Ahora nos enteramos también de que España y Marruecos quieren compartir información de inteligencia e incluso, hacer comisarías conjuntas. Nada se ha dicho de la comisaría que hace más de dos años vienen reclamando los sindicatos policiales de Melilla para frenar los asaltos a la valla. Normal que no haya titulares.