La Patrona de El Pueblo sale en procesión sobre los hombros de un grupo de mujeres
La Virgen llama a los fieles a seguirla. Ella acoge a todos los hijos de Dios y les lleva con Jesús para que continúen el camino hacia el Señor. La Divina Pastora guió una tarde más a los fieles melillenses hacia la fe en Cristo. La imagen de esta Virgen salió ayer en procesión por las calles de El Pueblo. La Patona de este barrio de la ciudad recorrió las casas de Medina Sidonia para llevar la alegría de la resurección de su hijo a todos los creyentes. Con decenas de flores en su trono y acompañada de la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía del Cautivo y El Rocío, la Divina Pastora cubrió con su manto protector estas murallas y a las decenas de personas que quisieron cumplir con la tradición de procesionar a su lado.
La Patrona de Melilla La Vieja contó también con el coro rociero para amenizar la misa que se celebró en la iglesia de La Purísima. Un gran número de melillenses llenó el templo, junto al presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, y varios miembros del Gobierno local. Imbroda fue uno de los encargados de entregar una ofrenda de flores a la Virgen, junto con la Fundación Melilla Monumental, la Asociación de Vecinos El Pueblo y la Federación de Fútbol, ya que también es su patrona.
Imbroda aseguró, al terminar la misa, que no participaba en esta procesión por la cercanía de las elecciones locales. Explicó que es tradición en su familia asistir a la celebración de la Divina Pastora y aseguró que todos los años se acerca a La Purísima para estar con la Virgen. Asimismo, destacó que es una procesión muy hermosa porque se recorre las calles de El Pueblo y los acompañantes de la Divina Pastora visten de blanco en su honor.
El vicario episcopal de Melilla, Roberto Rojo, fue el encargado de oficiar la eucaristía. Resaltó en la homilía que al igual que los ciudadanos escuchan estos días las propuestas de los partidos políticos de cara a las elecciones locales, Jesús tiene un programa de vida para los fieles. Aseveró que Cristo promete la vida eterna y la paz a quien siga su camino, aunque éste tenga cruces y no sea sencillo de recorrer. Rojo afirmó que el papel de la Divina Pastora es el de acoger a los creyentes, sin importar sus pecados y dudas.
La procesión comenzó por la calle de San Miguel para llegar hasta el Torreón y subir hacia el faro de Melilla. Allí le entonaron ‘La salve’. Las mujeres que portaron este trono vivieron momentos muy emotivos durante el recorrido por las calles de El Pueblo.