La defensa sostiene que la joven quiere “vengarse” de su cliente porque quería dejar la relación sentimental.
Tras una noche de ‘botellón’ en las naves del SEPES dos jóvenes melillenses, que mantenían una relación sentimental desde hace años, cogieron el coche con intención de regresar a sus viviendas. Sin embargo, durante el trayecto discutieron y la chica cayó del vehículo en marcha. Ninguno de los dos llevaba puesto el cinturón de seguridad. Ayer en el juicio, la joven afirmó que durante la pelea su novio, el acusado, la empujó y la lanzó del coche en marcha. El procesado afirma todo lo contrario: “Amenazó con tirarse del coche y lo hizo. Nunca pensé que lo decía en serio”.
Ambos reconocieron que aquella noche bebieron, pero “controlaban”. Acudieron a la vivienda del novio para “curarle” las heridas a la joven y allí permanecieron hasta el día siguiente. Acordaron decirle al padre de la chica que ésta se había caído de una moto.
Pero a medida que avanzaba el día, la víctima y el acusado volvieron a discutir por teléfono móvil. Él le dijo que quería dar por finalizada la relación y sólo 20 minutos después la joven interpuso la denuncia por agresión, según señaló la abogada de la defensa. La letrada aseguró que se trata de una “venganza” de la víctima hacia su novio a sabiendas de que éste quiere opositar al Cuerpo Nacional de Policía y uno de los requisitos indispensables es no tener antecedentes penales.
El médico forense explicó a la titular del Juzgado de lo Penal 1 que algunas de las lesiones que presentaba la víctima, incluso ésta aportó fotografías, son compatibles con una “abrasión” sobre el asfalto, y otra, la del brazo, pudo ser producida por un “agarre”. Ello correspondería a la versión de la chica, que afirmó que su novio la “zarandeó” y la empujó con el coche en marcha. El caso quedó visto para sentencia.