El máximo representante de la comunidad musulmana de la ciudad conversa con El Faro sobre la concentración del viernes en La Cañada, el papel de la mujer en la CIM y el futuro Centro Islámico.
Dris Mohamed (10 de octubre de 1950) lleva más de cuatro años presidiendo la Comisión Islámica de Melilla (CIM). La asociación colabora con las 15 mezquitas de la ciudad, en las que cada viernes rezan alrededor de 4.500 musulmanes. Ayer accedió a conversar con El Faro en su sede del Tiro Nacional sobre la polémica concentración organizada el pasado viernes en La Cañada de Hidum, el papel de la mujer en la organización que dirige y el nuevo proyecto de un Centro Islámico en Melilla. Este periódico se encontró con un hombre tranquilo, de hablar pausado y discurso moderado.
–¿No le parece peligroso que la asociación que representa a la mayoría de musulmanes de Melilla convoque una concentración en la mezquita blanca de La Cañada a raíz de la detención de seis presuntos yihadistas?
–Fuimos citados por las familias de los detenidos, que están muy preocupadas porque temen que no les den la oportunidad de defenderse. Queríamos llamar la atención para que se haga justicia y también para que se deje actuar a la Justicia. Queremos que se garanticen los derechos.
Las familias de los detenidos sienten que la inocencia de sus hijos puede ser vulnerable. Obviamente este punto no lo defiende la CIM porque no le compete. El abogado de los detenidos (Mohamed Busian) es el que, al tomar la palabra, trató de defenderlos. No había nada programado al respecto. Leí un comunicado que fue consensuado por el Consejo Consultivo de la Comisión Islámica de Melilla. Nosotros defendemos que si alguien ha cometido algún delito, que lo pague. El viernes sólo dimos un paso hacia adelante para pedir que las cosas se hagan bien.
–En el acto del viernes en La Cañada se enviaron otros mensajes desafortunados, con la pancarta de la Comisión Islámica de Melilla de fondo. Insisto, ¿no le parece peligroso?
–Cuando terminé mi intervención, creí que terminaría el abogado. Lo demás no estaba previsto. La Asociación Intercultura intervino a petición de los presentes. Yo no entro a valorar lo que terceras organizaciones transmiten. No queremos que se transmita la falsa idea de que nosotros teníamos la potestad de decidir qué es lo que iba o no iba a pasar después de nuestra intervención. Nosotros fuimos allí a leer un comunicado. Creo que la gente podrá entender lo sustancial de la intervención de la CIM y cómo repercute esto en la comunidad musulmana.
–¿La CIM controla las mezquitas de la ciudad?
–Desde el primer día que asumí el cargo dije que hay que dejar a las mezquitas sin injerencia. Nosotros colaboramos con ellas organizando charlas, durante el Ramadán, en el Rezo Colectivo, pero no podemos ordenar ni decidir.
-En cuestiones religiosas, Marruecos asesora a varios países del continente. ¿Qué relación tienen las mezquitas de Melilla con Marruecos?
–Nosotros no tenemos dependencia externa. Los imames los contratamos en el país vecino porque no tenemos los medios humanos, pero siempre con el compromiso de llevar lo religioso de una forma moderada. No es un Islam ajeno ni extraño: Es una forma de llevar los ritos dentro de un equilibrio.
-Tengo la sensación, quizás equivocada, de que la cultura Occidental está calando más en los musulmanes de Nador que en los de Melilla. En Marruecos no ves a mujeres con el velo integral como se ven aquí.
–Tampoco aquí se ve mucho. Hay excepciones que se pueden contar con los dedos de las manos. Hay mujeres que optan por el niqab integral por voluntad propia.
–¿Cómo definiría el discurso de las mezquitas de Melilla?
–En Melilla hay más o menos ortodoxia, pero radicalismo peligroso de yihadismo no lo veo por ninguna parte.
–¿Cree que al amparo de las operaciones contra el yihadismo que se han llevado a cabo en marzo y en mayo pasado en La Cañada, hay gente que está atacando el Islam?
–Sí. Siento que el Islam está siendo atacado. Hay elementos que se amparan en las redes sociales y que tienen un fondo racista y xenófobo, que no ayuda para nada a la convivencia. No criminalizan a personas concretas sino a toda una comunidad.
–¿Me puede explicar qué entiende el Corán por Yihad?
–Es un esfuerzo que hace la persona y el colectivo por ser mejor individuo a nivel social, familiar... a todos los niveles. Es un esfuerzo por ser mejor con el prójimo. La gente se puede juntar para esforzarse en este sentido. La lucha armada se concibe sólo para defenderse, nunca para agredir a nadie.
Lo que pasa es que la misma naturaleza del ser humano tiende a contaminarlo todo. Se cambian las cosas. El ser humano hoy día está dando una imagen de la religiosidad como algo negativo. Lo peor se hace en nombre de la religión. Hay intereses poco claros, más bien oscuros, para contaminar el concepto.
–¿Entonces, cómo se entienden las redadas contra los supuestos yihadistas llevadas a cabo este año en Melilla?
–No se pueden entender. Por mi experiencia diaria y mis vivencias veo que en Melilla hay más o menos ortodoxia. Si hay ‘algo’, no tiene nada que ver ni con las mezquitas ni con la comunidad musulmana, que goza de buena salud. Si a alguien se le acusa de algo, se tiene que demostrar y juzgar. El que la haga, que la pague.
–¿Cree que en Melilla se está discriminando a personas por su forma de vestir o por su apariencia física?
–Existe discriminación por parte de un número irrelevante de personas, que hacen mucho ruido y da la sensación de que detrás hay mucho más. Le pido a los musulmanes que no lo tengan en cuenta, que no generalicen. Es un número reducido, que no representa al resto de miembros de otras comunidades.
–Ha dicho que la Comisión Islámica goza ahora de buena salud. ¿Qué ha cambiado?
–Está más fuerte y más centrada que en los cuatro años anteriores. Sabemos lo que afrontamos y lo que debemos hacer. Queremos destacar la aportación femenina a partir de ahora. Creemos que eso nos va a fortalecer. El día 20 de este mes celebraremos una asamblea constituyente donde vamos a presentar los órganos de la CIM y el número de mujeres supera el de hombres. Habrá entre 24 y 27 mujeres dentro del Consejo de Gobierno, compuesto por 24 áreas englobadas en siete grupos. Hace cuatro años teníamos diferenciadas las áreas, pero era difícil ponerse a trabajar.
El primero de los grupos (el general) abarca a la directiva (presidente, vicepresidente...). El segundo se ocupará de las relaciones a nivel local con las mezquitas, el cementerio, el centro penitenciario, las Fuerzas Armadas y las ONGs. El tercero se centrará en la juventud, la mujer, los niños y la organización de cursos de formación y fomento del tamazight. El cuarto englobará la informática, la web y las relaciones con los medios de comunicación. Será la imagen externa de la CIM. Luego viene el grupo que es cuerpo, mente y alma de la Comisión Islámica de Melilla, que incluye educación, deporte y asesoramiento religioso. Aquí tenemos el proyecto de crear un Centro Islámico en la ciudad. Le sigue el grupo seis, dedicado a las festividades y eventos diversos, como congresos o encuentros. Finalmente el grupo siete irá destinado a la acción social, de solidaridad y junto con eso, al alimento halal, un área nueva que se ha creado para garantizar que el musulmán de Melilla come conforme a lo que dicta el Islam.
–Le hago dos preguntas: ¿Qué les ha motivado a fomentar la incorporación femenina al Consejo de Gobierno de la CIM? Y en cuanto al control del alimento halal, ¿se están produciendo irregularidades en la ciudad?
–En cuanto a la pregunta sobre la incorporación de la mujer a la CIM... Hemos visto la eficacia femenina en labores de voluntariado, con un mayor y mejor resultado que el de los hombres. Lo hemos comprobado cada vez que ha habido un drama puntual porque las mujeres se han sensibilizado más con el tema y queremos incorporar este espíritu a la Comisión Islámica de Melilla.
En cuanto al alimento halal, efectivamente, puede haber irregularidades. Por eso creemos que debería implicarse una entidad local en el tema. Ya existe una entidad peninsular que lo supervisa, pero queremos que se cumpla la normativa. Para ello tenemos que pedir autorización al Ministerio de Justicia.
–En cuanto a la creación del Centro Islámico, ¿dónde estará ubicado? ¿En qué consiste el proyecto?
–Este tipo de centros ya existe en Europa y en Melilla podría funcionar con esta misma filosofía. Tiene que tener una zona de enseñanza, otra de deportes y una última de religiosidad. Se dedicará a enseñar el Corán y la enseñanza reglada del árabe. En la ciudad hay una población musulmana mayoritaria y más concentrada. No es como en Europa, que reciben a religiosos de tránsito. El Centro Islámico de Melilla contribuiría a romper el distanciamiento de oportunidades que existe con otras comunidades religiosas. La idea que tenemos es que sea enseñanza reglada.
–Estamos hablando de abrir en Melilla un colegio musulmán, de la misma manera que los hay católicos o hebreos ¿es eso?
–Sí. En Melilla los centros escolares tienen poco profesorado para impartir el Islam. No así con otras religiones que tienen cuatro o cinco alumnos por profesor. Estamos hablando de que algunos profesores de Islam tienen hasta 400 alumnos a la semana.
Algunos colegios ni siquiera disponen de maestro, como el de Altos de El Real. Ya se lo hemos comunicado a Educación y estamos a la espera que nos reciban.
–¿En qué parte de la ciudad estará el Centro Islámico?
–Existe una iniciativa en marcha. Una nueva asociación creada, que estaría adherida a la CIM y que va a llevar a cabo lo que es la compra de los terrenos donde estará el Centro Islámico y su edificación. Hay varios sitios, pero eso es algo que tienen que estudiar.
–Después de cuatro años al frente de la CIM y de repetir ahora en la presidencia, ¿cuál es su principal reto?
–El principal reto es que lleguemos a gestionar un Centro Islámico a la altura de la ciudad, en igualdad de condiciones que en la península y en Europa.
–¿La CIM está detrás de la labor social que se está haciendo desde las mezquitas con los colectivos que peor lo están pasando con la crisis?
–Mayormente no se puede hablar de mezquitas ni de la CIM. Esa labor la realizan personas anónimas, que no quieren hacer publicidad de su labor altruista. Está pasando, por ejemplo, en la mezquita del cementerio musulmán, donde se le da de comer a mucha gente. Fueron esas personas anónimas las que acogieron a las familias sirias que estuvieron acampadas allí a primeros de este año. En esta labor se embarcó todo el mundo. Todas las personas de buena voluntad. Nosotros en la CIM no tenemos medios financieros para hacer eso. Servimos de vehículo, de correa de transmisión entre los que quieren ayudar y los que necesitan esa ayuda. Podemos hacer una recolecta y movilizar a nuestro voluntariado en momentos concretos.
–¿Habrá este año subvención pública para la CIM?
–Estamos en ello. Esperamos que continúe la cooperación con la Ciudad Autónoma y que esta relación vaya a mejor. No hay motivo para que no sea así.
–¿Se mantendrán al margen de la política?
–Nosotros nunca hemos dado una opinión política. Nos hemos defendido de algún tipo de política que nos afectaba como entidad, pero nunca hemos dicho nada de política. Creemos que debemos llegar al entendimiento y la concordia. Es necesario que se pongan de acuerdo los partidos políticos y las ONGs en temas de inmigración. Es algo que hay que resolver y no puede hacerse desde una sola parte. Debe haber un consenso amplio de las fuerzas vivas de nuestra ciudad.