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Ayer se puso la primera piedra del carril bici que recorrerá el Paseo Marítimo
Ayer se colocó la primera piedra del proyecto de carril bici para el Paseo Marítimo, una instalación que lleva siendo reivindicada desde hace largo tiempo por los usuarios de bicicletas de Melilla, un colectivo numeroso que por ahora no dispone de espacios por los que desplazarse con seguridad.
No es ninguna novedad afirmar que Melilla lleva un monumental retraso con respecto a numerosas ciudades de la península en materia de movilidad sostenible, y no digamos con países del centro y norte de Europa, donde el uso de este saludable vehículo de dos ruedas es algo totalmente normalizado y se dispone de las infraestructuras necesarias para garantizar el bienestar de los ciclistas, que pueden circular sin temor a que algún vehículo a motor se los lleve por delante.
Es innegable que los 12 kilómetros cuadrados de Melilla son un espacio reducido, pero más cierto es aún que en nuestra ciudad hay un excesivo número de automóviles. Los melillenses nos hemos acostumbrado a coger el coche para todo, e incluso a que sea normal que en un mismo hogar haya varios vehículos a motor. Es necesario que de una vez por todas comprendamos que las distancias de Melilla son cortas y que en muchas ocasiones pueden cubrirse en bicicleta. Es más, debemos aprovechar la situación geográfica de nuestra ciudad, con un clima benigno la mayor parte del año. Si en el Reino Unido, los Países Bajos o Alemania, donde las inclemencias meteorológicas son habituales, es común el uso de la bicicleta, ¿por qué no en Melilla, donde brilla el sol a lo largo de prácticamente todo el calendario?
La apuesta por las dos ruedas (sin motor, que quede claro), ha de ser firme por parte del Gobierno local. Si los poderes públicos fomentan debidamente el uso de la bicicleta, habremos ganado todos los melillenses. Incluso aquellos que se han acostumbrado a depender del coche para el menor desplazamiento.