Yamal Al-Lal, secretario general provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que aglutina a seis de cada diez efectivos destinados en Melilla, hace balance del año 2016 con FaroTV. Cree que faltan, como mínimo, 200 agentes más, aunque para cubrir las necesidades reales estima que debería duplicarse la plantilla de la Comandancia de la ciudad y replantearse el catálogo de puestos de trabajo. También denuncia el incremento de las sanciones graves o los problemas crónicos de Barrio Chino, donde él considera que la Guardia Civil no debería organizar las colas.
–El Sindicato Unificado de Policía asegura que en Melilla hacen faltan 100 policías más. ¿Cuántos guardias civiles necesitaría la ciudad?
–Depende cuando hablamos de mínimos o de plantilla. Para atender lo básico necesitaríamos unos 200 guardias civiles para ir mínimamente cumpliendo el servicio. Si hablamos de una plantilla que pueda atender con normalidad, sin tener necesidades de un día para otro, estaríamos hablando de 600 guardias civiles. Casi, casi, duplicar la actual plantilla. Estamos hablando de que lo ideal serían 1.200-1.300 efectivos. Si queremos llegar a esas cantidades, tanto en mínimos como en normales, tendríamos que recatalogar todos los puestos de trabajo. Habría que ver qué necesidades tiene cada unidad.
–AUGC lleva tiempo pidiendo personal y con los años hemos visto cómo esas cifras se han incrementado, pero cuando hablamos con los políticos nos dicen que está cubierto todo.
–Claro. Una cosa es que el catálogo de puestos de trabajo de Melilla esté cubierto, que está cubierto al 100%. Otra cosa son las necesidades reales de la Comandancia, que se pueden ver en cualquier unidad de la Guardia Civil. Sólo hay que ir al control de Beni Enzar o al de Farhana y ver las necesidades que tienen de efectivos y más en una alerta antiterrorista de 4 sobre 5. El que pase de un lado para otro la frontera de Melilla puede observar esa carencia. No es algo que vaya diciendo sólo AUGC. Cualquier ciudadano puede percibirlo. Sí que es cierto que todo eso se suple con el esfuerzo de los guardias civiles. Esas carencias las están supliendo de una manera bárbara. Multiplican sus esfuerzos, hacen más horas de servicio y cumplen con un trabajo que la verdad es que es muy sacrificado. La sección fiscal de Beni Enzar acapara el 60 o el 70% de la carga de trabajo de la Comandancia y estamos hablando de muy poquitos efectivos.
–Pasará como en la Policía Nacional, que son puestos ‘caliente’, que nadie quiere.
–Por supuesto que sí. Son unidades que están sobrecargadas de trabajo y todo el mundo en cuanto puede, pide otro destino, siempre y cuando salga otra vacante dentro de la Comandancia. Son gente de Melilla, que ha nacido aquí, está comprometida con Melilla y quiere estar en Melilla.
–¿Qué va a pasar si se abriera ese hipotético quinto paso fronterizo? Con la plantilla que hay no se podría asumir la vigilancia de otra frontera.
–Se podría, pero estaríamos hablando de otra sobrecarga, de recargar aún más el trabajo de los efectivos. Para abrir un quinto paso fronterizo hacen falta efectivos, hace falta que vengan unos 250 para atender lo mínimo. Ahora mismo desde nuestro punto de vista es inviable.
–Jorge Fernández Díaz, el anterior ministro del Interior, muy polémico en muchas de sus decisiones, visitaba muchísimo Melilla. ¿Resolvió algo?
–Nada. De la gran problemática que acarrea la Comandancia de Melilla, que venimos denunciando desde hace tiempo, no se ha solucionado nada. Ahora hemos tenido que soportar otra situación añadida, la subvención al barco, al transporte, ha desaparecido.
–¿Cuando dice ahora, se refiere a este año?
–Desde octubre-noviembre del año pasado desapareció.
–¿Era una subvención sólo para guardias de Melilla y Ceuta?
–No, para todos.
–Toca a las asociaciones, como AUGC, negociar con las navieras. Por cierto, el responsable del Sindicato Unificado de Policía me comentó que habían conseguido junto con ustedes, un descuento en Baleària para todos los policías y guardias destinados Melilla.
–Sí, hemos tenido varias reuniones desde hace meses para intentar suplir esa carencia de la subvención que ha desaparecido con Acciona. Las asociaciones prácticamente tienen que hacer lo que debería hacer la Acción Social de la Guardia Civil.
–¿Qué explicación le han dado a AUGC en Madrid, siendo la asociación mayoritaria, con más de 30.000 afiliados en el país?
–Las ayudas no se han suprimido. Se ha agotado el presupuesto. Me imagino que para este año 2017, con la nueva asignación presupuestaria de Acción Social, volverá la subvención al barco.
–El año pasado hubo cambios en la Comandancia de Melilla. El coronel Martín Villaseñor pasó a la reserva, luego hubo una transición y en julio vino el coronel Antonio Sierras Sánchez. ¿Se ha notado el relevo?
–Para nosotros es medianamente continuista con lo que había antes. Sobre valorar si es positivo o negativo, pues tendremos que esperar por lo menos a que se vean los avances en prevención de riesgos laborales, en plantilla, en cómo se atienden las necesidades de los guardias civiles...
–Al nuevo coronel se le ha visto por Barrio Chino, que sigue siendo un infierno para los guardias civiles.
–No lo he visto personalmente, pero me han comentado que sí. Barrio Chino sigue siendo una de las cargas de trabajo más importantes de Melilla, junto con Beni Enzar y Farhana. Nosotros entendemos que no tenemos que estar en Barrio Chino. Sí que tenemos que estar para cuando haya un altercado público, pero no para hacer de vigilante de seguridad para que la gente no se salte la cola, lleve la mercancía por un determinado carril o por un determinado camino.
–Ustedes lo que proponen y ya lo han dicho en alguna otra ocasión es que se sustituyan a los guardias civiles de Barrio Chino por vigilantes de seguridad pagados por los comerciantes.
–O que esté vigilado por los agentes de Movilidad de la Ciudad. Se puede ampliar la plantilla. Igual que están atendiendo el control de Beni Enzar podrían atender ese tipo de situaciones. Pero eso tampoco es la solución, que es que la mercancía tiene que pasar por donde tiene que pasar: por el control fronterizo de Beni Enzar y pasar en camión y no en la espalda de personas. Se tiene que hacer con su DUA (Documento Único Aduanero) y con su facturación.
–El Barkani intentó despejar Beni Enzar del tráfico de mercancías y desviarla a Barrio Chino y no consiguió arreglar la frontera. Intentarlo, lo intentó.
–Pero hay que darle una solución. No se puede cargar todo el problema a la Guardia Civil o a la Policía. La solución final tiene que pasar por un comercio en furgonetas, en camiones o en lo que sea, pero no de esa manera. Hay camiones que pasan a diario con su documentación, con sus facturas...
–Es un tema delicado porque el comercio atípico, nos guste o no, sostiene a muchas familias melillenses que comen de eso.
–Pues hay que buscarle una solución y no puede pasar por poner a la Guardia Civil en Barrio Chino. Si no es el de pasar la mercancía sólo en furgonetas, habrá que habilitar un carril sólo para mercancías, con escáner...
–Nadie sabe qué hay en esos fardos que pasan a diario. No lo sabemos.
–Por supuesto. La solución pasa por fiscalizar la mercancía que pasa por ahí.
–Tras el salto masivo que hubo el fin de semana pasado a la valla de Ceuta, vuelve a salir la polémica de las ‘devoluciones en caliente’. ¿Aspiran a tener ese protocolo de actuación en la valla o se siguen arriesgando a que les hagan una foto, los grabe la prensa y volver a ir a los juzgados a declarar?
–Ahora mismo con la Ley de Seguridad Ciudadana estamos mucho más amparados con las ‘devoluciones en caliente’, que son los ‘rechazos en frontera’. Están legalizados. El protocolo ya lo ampara, pero nosotros lo que demandábamos desde hace ya tiempo es un protocolo de actuación más integral, con más competencias: que intervenga Cruz Roja cuando haya algún herido; los Bomberos, cuando algún inmigrante esté encaramado en lo alto de la valla, que no sean los guardias civiles los que los hagan bajarse, que lo hagan ellos que son los que tienen medios para que bajen con seguridad. Nosotros sí que tenemos que cumplir con nuestra obligación de impermeabilizar el perímetro fronterizo y los compañeros lo están haciendo perfectamente y más ahora con la Ley de Seguridad Ciudadana.
–Que, por cierto, es una Ley que parece tener los días contados.
–Si se deroga la Ley de Seguridad Ciudadana intentaremos buscar soluciones para que se dote a la Guardia Civil de un protocolo que ampare ese tipo de situaciones. De momento están amparadas por la Ley de Seguridad Ciudadana.
–Durante años hemos escuchado a AUGC reclamar mejoras en las garitas de la Guardia Civil. ¿Se ha solucionado ese problema? ¿Es cosa del pasado ya?
–Está pendiente. Nuestras negociaciones van por ahí también. El actual jefe de la Comandancia se ha comprometido con nosotros en buscar soluciones a las garitas con problemas. Hay que dar tiempo para que esas situaciones se vengan a mejor.
–El SUP nos comentó hace poco que el ex director general de la Policía, Ignacio Cosidó, prometió enviar un chaleco para cada agente de Melilla en septiembre y aún no ha llegado nada. ¿Está cubierta esa necesidad en la Guardia Civil?
–En la Guardia Civil todavía no. AUGC ha ido demandando un chaleco, un agente. Lo que no se puede hacer es compartir, ceder ni ir sin chaleco. Hay un informe que habla de las necesidades de la Comandancia de Melilla.
–Hemos visto todos en la tele a una compañera suya de Valladolid a la que le han aplicado el Código Penal Militar por comprarse un chaleco. ¿Se ha aplicado ese código en Melilla?
–De momento, no. Sí que es verdad que en Melilla las sanciones por faltas graves ha subido una barbaridad y eso lo tenemos que remediar. Tenemos que mirar qué tipos de medidas se pueden tomar para que no siga subiendo el número de infracciones porque los guardias civiles son los mismos.
–¿Y eso desde cuándo está pasando? ¿Saben por qué?
–Eso es lo que queremos saber. Si los guardias civiles son malos desde hace poco o eran muy buenos antes y ahora son muy malos. Tenemos que mirar cuál es el problema que ha ocasionado que la apertura de expedientes por faltas muy graves se haya disparado desde hace un año, como mucho.
–¿Ya no se dan casos de hostigamiento a dirigentes de AUGC?
–En Melilla se han dado casos, pero ya eso se ha normalizado mucho. Ya no pasa todo lo que envolvió aquella polémica.
–¿Sigue en pie la idea conjunta de AUGC y SUP de unificar la Guardia Civil y la Policía Nacional en un único Cuerpo?
–El SUP y AUGC han elaborado un modelo policial del siglo XXI, pero no es la unificación en sí sino crear una Policía Civil porque entendemos que una Policía Militar no hace falta en nuestro país donde las garantías ciudadanas están más que consolidadas. Hemos pasado la época del franquismo y estamos en una democracia ya madura y desde AUGC nacional no se entiende todavía cómo puede haber una Policía militarizada en España. Si es por eficacia, es absurdo porque entonces se debería militarizar a los enfermeros, a los bomberos, a la Policía Local... La Policía Nacional funciona igual de bien que la Guardia Civil. El Código Penal Militar lo único que hace es castigar aún más unas conductas que fácilmente se pueden solventar con el régimen disciplinario. Aplicarla a compañeros, como el caso que comentábamos antes, de una agente que llevaba un chaleco propio, eso es absurdo.
–Pese a todos estos problemas que denuncia AUGC, es un orgullo para todos en nuestro país tener un Cuerpo como el de la Guardia Civil. ¿Cómo se vive ese sentimiento desde dentro?
–Es una satisfacción enorme que los ciudadanos nos vean como un logro. Está también la cara oculta de la Guardia Civil, que es el número de suicidios que hay. Se habla de un suicidio cada 26 días. Eso el ciudadano lo tiene que conocer. Que por el hecho de tener una Policía con carácter militarizado, que sus integrantes lo sufran de esa manera, es una pena. Estamos muy por encima de la Policía Nacional o las policías locales en número de suicidios.
–El año pasado se habló de problemas en el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de Melilla por un supuesto abuso de poder. ¿Resuelto?
–No. Queda aún pendiente la solución de ese problema. Se han transmitido los problemas por los cauces reglamentarios, que son los cauces internos, y estamos esperando a una solución definitiva.
–Vamos a ver si los Reyes Magos que están a punto de llegar traen esos 600 guardias civiles que hacen falta en Melilla. Para eso se necesitaría un concurso público bastante generoso...
–Bastante, pero nosotros no perdemos la fe de que en Melilla, por la sensibilidad que tiene ser frontera con terceros países, es una necesidad imperiosa. Tenemos el fenómeno de la inmigración, del paso de mercancías. Por eso también pedimos una subida de sueldo para los guardias civiles, para equipararlo al de policías autonómicas como la Ertzaintza o los Mossos.