Vox Melilla denuncia este martes que la educación especial sigue siendo una asignatura pendiente en Melilla, donde "la falta de inversión, el poco cuidado por parte de las administraciones y el abandono del Gobierno es palpable".
De acuerdo con el presidente de la formación local José Miguel Tasende, los niños incluidos en la enseñanza especial "podrían mejorar sus capacidades, si se les ofertara una educación de calidad como merecen".
De ahí que Vox pida una vez más que "se preste la atención debida a estos niños y a sus familias" y recalca que, la legislación, "que en gran medida ya está desfasada, no se cumple".
Puntualmente, el político critica que varios colegios de Melilla disponen de espacios para alumnos con trastornos del espectro autista (TEA), "que en muchos casos no se pueden denominar aulas" porque son reconversiones de "huecos de escalera" o de "cuartos de limpieza".
"Es inadmisible", sentencia Tasende, porque las aulas TEA deben estar disponibles para que los alumnos que las necesitan permanezcan en las mismas la totalidad o una parte del tiempo docente y puedan compartir con el resto de los niños la jornada escolar.
De hecho, "con frecuencia, a los padres de niños TEA se les anima a llevar a sus hijos al colegio Reina Sofía, íntegramente de Educación Especial, pero lo cierto es que cada alumno es un caso único y muchos de ellos se desarrollan mejor en centros comunes con aulas y personal adaptados", subraya Tasende.
El colegio Reina Sofía, a su vez, enfrenta carencias básicas como el transporte y la falta de cuidadores. Según resalta Vox, el servicio de transporte se confía a un solo autobús que debe recorrer todos los barrios de la ciudad, pero "hay niños que entre la ida y la vuelta pasan casi tanto tiempo en el autobús como en clase".
La formación política destaca que el déficit de cuidadores se ve parcialmente atenuado durante la vigencia de los planes de empleo, pero "no se corresponde con el curso escolar". Además, Vox subraya que "estos niños necesitan conocer bien a las personas que tratan, y viceversa, por lo que la excesiva rotación de cuidadores no es buena".
"Lo peor de esta situación de abandono es que parece imposible de resolver, pasan los años, los niños crecen, se hacen adultos y la desidia administrativa continúa", apunta Vox.