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Unos 50 jóvenes magrebíes fueron interceptados a primera hora de la mañana en la dársena
La Guardia Civil volvió a vivir ayer un viernes negro en el puerto de Melilla. Sólo a primera hora de la mañana fue interceptado un grupo de medio centenar de jóvenes magrebíes y menores extranjeros no acompañados, que pretendían colarse como polizones en los barcos que salen hacia la península.
La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) ya advirtió esta semana de que los agentes de la Benemérita se ven desbordados “por el volumen de indocumentados que a diario se rechaza en la zona de seguridad del puerto” que, como su nombre indica, debería ser segura.
Pero no lo es, según AEGC, porque la delimitación de su zona restringida de seguridad es incluso menor que la de algunos puertos de la península que no sufren la presión de los polizones.
La asociación critica, además, la falta de inversión en la valla que protege el puerto. En su lugar se invirtieron 90.000 euros en una fuente de agua.
En esta línea AEGC nacional denunció ayer la falta de “previsión" en la Guardia Civil, ya que faltará personal en los puertos de Melilla, Ceuta, Algeciras y Tarifa (Cádiz) para hacer frente a la Operación Paso del Estrecho (OPE).
Eso provocará, aseguran, que los agentes destinados en estos puntos estén expuestos a un “incremento considerable de trabajo”.