El delegado repasa en El Faro los últimos hechos relacionados con la inmigración ilegal.
-En estos últimos años, si por algo va a ser conocida Melilla es por la valla.
-No es la única legislatura que por desgracia el protagonismo de Melilla es por cuestiones de inmigración o por problemas en la frontera. Llevamos más de un cuarto de siglo sufriendo el problema de la inmigración clandestina, desde finales de los noventa. Eso significa que es un asunto que está enquistado, que no se soluciona con iniciativas de contención o de antiintrusión sino que hay que tomar otras medidas para evitar que el inmigrante llegue a esa situación límite.
-¿Ve el día en el que se ponga fin a los saltos a la valla?
-Yo quiero ser práctico. Mi obligación como delegado del Gobierno de España es intentar controlar la inmigración clandestina, cambiar la actitud sobre la inmigración clandestina en Melilla. Dicho de otro modo: No nos podemos resignar a que éste sea el modelo de inmigración que entra en España y, por lo tanto, en Europa. Dicho esto, no sólo podemos tomar medidas a este nivel. Hay que, se hace con toda seguridad, tomar iniciativas a otro nivel, a niveles de cooperación, de la Unión Europea…
-Siempre que se habla de inmigración aparece el asunto de las mafias. Parece que son la ‘cabeza de turco’ que todo lo justifica y que todo lo calla, me refiero a la limitación para facilitar información. ¿Dónde están esas mafias? ¿Se están desarticulando? ¿Qué se ha hecho hasta ahora?
-Las mafias existen y el que diga que no, se equivoca a la hora de poder buscar soluciones. Las mafias existen en los países de origen, en los de tránsito y en la propia Unión Europea. El inmigrante, una vez que ha llegado a la Unión Europea, aún sigue siendo víctima de las mafias. Lo hemos podido ver hace unos días cuando se desmanteló un grupo de trata de mujeres nigerianas dedicado a la prostitución. El que no quiera verlo tiene una actitud de ceguera cerebral que no permitirá dar solución a la inmigración ilegal. También existen informes de los servicios de inteligencia, que se han hecho públicos parte de su contenido.
-Si fuera posible posible venir desde el país de origen con un contrato en la mano o por otros procedimientos legales, como presentarse en la frontera y solicitar asilo, no tendría ningún sentido saltar la valla. Cuando los inmigrantes toman ese camino, es porque puede que sea el único posible.
-En esa afirmación, veo dos o tres líneas de actuación. Una, la del contrato de trabajo, que no tiene nada que ver con el asilo, que es para inmigrantes de tipo económico. Cuidado con plantear que todos los inmigrantes que vienen saltando la valla llegan huyendo de zonas de conflicto. Eso repercute negativamente en quienes son merecedores de una protección internacional, que son los solicitantes de asilo...
-Vamos a lo práctico. Hay un señor X que viene de un país X. Está en el Gurugú. Y cree que tiene derecho a asilo. ¿Cómo tramita la solicitud?
-Viniendo con su documentación y por la puerta delantera. Y con luz y taquígrafos. No puede ser saltando la valla 500 o 1.000 personas a la vez. No puede ser que vengan como vienen y querer pedir asilo cuando luego no lo piden. Entran y no lo piden.
-Entonces, por ejemplo, este inmigrante X podría presentarse en el paso de Beni Enzar y solicitar asilo.
-Yo no conozco ahora mismo los trámites administrativos que hay que hacer, pero están recogidos en la legislación. Cuando una persona precisa de protección internacional, España tiene la obligación de darla o, por lo menos, de estudiarla. Plantear que 500 personas organizadas saltando la valla, intentando entrar así, no me diga que quieren pedir asilo. Eso no quita que a lo mejor alguno de ellos pueda ser susceptible de merecer esa protección. Pero fíjese que cuando están aquí, no lo solicitan.
-¿Qué le pareció que en uno de los últimos saltos se personaran a pie de valla el coronel Martín Villaseñor y el comandante Ortega?
-Sí, han estado muchas veces.
-¿Cómo cree que está quedando la imagen de la Guardia Civil en Melilla?
-Yo creo que la imagen de la Guardia Civil está bien, pese a que algunos pretendan ponerla en jaque. La inmensa mayoría de los ciudadanos piensa de forma contraria a lo que algunas ONGs están planteando. Creo que la Benemérita tiene credibilidad y es uno de los Cuerpos de mayor prestigio en España.
-¿Qué pensó o sintió cuando vio la imagen de los guardias civiles que golpean a un inmigrante que está bajando de la valla y que lleva un gancho en la mano?
-Lo he dicho y lo reitero. Hacer una valoración de una grabación que dura horas con la visión de una escena que dura quince o veinte segundos me parece que es absolutamente nefasta. Hay que valorarlo todo. Tuve la oportunidad de valorar un vídeo, que no estaba hecho por la Guardia Civil, sino por un medio de comunicación y he visto algo absolutamente diferente a lo que se pretendía dar a entender con ese vídeo. ¿Por qué no se ponen las imágenes de cuando agreden al guardia civil con una patada y cae desde cinco metros de altura? Tampoco muestran la imagen de cómo un inmigrante intenta agredir a los agentes con un instrumento que utilizan para trepar, pero que también se convierte en un arma ofensiva. O cómo miccionan al lado del guardia civil o escupen a los agentes diciendo que tienen ébola. Todo eso debe ser valorado.
- Y la otra imagen, también polémica, la del guardia civil que cae de la valla. Antes de caer, está estirando de las piernas a inmigrante, que si se hubiera resbalado, hubiera provocado que cayeran los dos…
-Ese sargento de la Guardia Civil ha puesto en riesgo su vida utilizando su arnés para asegurar a otro inmigrante…
-Sí, pero no estoy hablando de esa imagen. Hablo de la otra intervención, cuando estira de las piernas a un inmigrante que está subido en la valla.
-A lo mejor se está protegiendo. Como le está dando patadas, se está agarrando. ¿Ha visto la escena completa?
-No, no la he visto.
-Ha visto sólo una imagen y puede ser una imagen sesgada. Hay que ver toda la imagen para poder valorarla.
-En cualquier caso lo que sí es cierto es que este sargento dice en un medio de comunicación, que no es El Faro, que no entiende que el inmigrante le diera una patada cuando él iba a ayudarle. Dice que no lo entiende.
-Claro.
-Yo lo que no entiendo es cómo un guardia civil dice que no entiende eso. El inmigrante no quiere la ayuda del guardia civil, quiere llegar a Melilla por cualquier medio. Que un sargento de la Guardia Civil, con agentes bajo su mando, no sepa qué se va a encontrar en la valla es un poco preocupante.
-Yo, como comprenderá, no puedo opinar por boca de él, pero yo planteo: Cuando el sargento dice que quiere ayudar lo que quiere decir es que en ese intento del inmigrante de querer entrar en Melilla saltando la valla, ese acto supone un riesgo también para su integridad física ya que está a seis y siete metros de altura. En esa situación de riesgo, el guardia civil lo que quiere es ayudarle a que baje para que no ponga en riesgo su vida. Eso es lo que yo opino de las declaraciones de este sargento con el que yo tuve la oportunidad da hablar.
-Desde la perspectiva del inmigrante, la actuación del sargento no sería 'ayuda', sería otra cosa, una detención, un arresto…
-Con relación al inmigrante pienso dos cosas que son absolutamente normales. Una, ésta no es una forma de entrar en España, pero sé que estás en riego y por lo tanto yo te ayudo a que no sufras daños...
-Seguro que no es una forma de entrar en España saltando la valla de Melilla, pero tampoco es una forma de bajar a un inmigrante tirando de sus piernas cuando está subido en la valla.
-La verdad es que usted sólo ha visto una parte de la intervención de ese guardia civil. Habría que verlo todo antes y a lo mejor ve otra cosa.
-¿Qué le parece cómo se está haciendo la lectura del protocolo, el Protocolo Operativo de Vigilancia de Frontera 6/2014, a los agentes de la Guardia Civil por parte de sus mandos? ¿Sabe cómo se está haciendo?
-No.
-¿No sabe que les leen ese documento de manera precipitada? Les hacen firmar un escrito en el que dice que les ha sido leído, un documento que no siempre tiene fecha… Y si no lo firman, tienen que ir a una especie de clases especiales para los agentes que no entienden ese protocolo.
-Lo dije y lo reitero. Yo no puedo dar instrucciones operativas ni meterme en la forma que la Guardia Civil opera. Lo que sí sé es que la Guardia Civil tendrá mi apoyo para conseguir que lo hagan de la mejor manera posible. Pero yo no puedo dar instrucciones porque sus actuaciones dependen de dos cuestiones: De la profesionalidad de los propios guardias civiles y de las instrucciones que reciban de los mandos operativos. Yo no soy un mando operativo, yo soy un mando político.
-Lo que sí es una decisión política es la instalación de la malla antitrepa. ¿Eran conscientes de que tarde o temprano los inmigrantes la iban a superar?
-En la situación de desesperación en la que están los inmigrantes, buscarán cualquier fórmula para superar los obstáculos que se les ponga. Por eso hemos dicho que la inmigración clandestina en Melilla no acabará subiendo más metros la valla. Podemos conseguir que entren menos inmigrantes. Está claro que mientras haya personas en situación de desesperación al otro lado, éstas harán lo que esté en sus manos para conseguir burlar todo el sistema antiintrusión.
-En cualquier caso, el principal ‘agujero’ de la valla no está en la propia valla, por donde entran los subsaharianos. El principal ‘agujero’ está en el paso de Beni Enzar, por donde están entrando un montón de sirios.
-Yo ya lo dije hace tiempo. Se están dedicando muchos recursos al control de la valla en sí, pero también es verdad que a través de los pasos fronterizos están entrando inmigrantes, como lo hacían hace años los ciudadanos argelinos, con documentación marroquí falsa. Por eso he defendido la necesaria comprensión por parte de los melillenses de que el paso de Beni Enzar sea considerado como una zona de seguridad en la que es muy importante que tenga un tránsito fluido, pero hay que contar con la necesaria vigilancia. No podemos poner en riesgo la seguridad de un paso fronterizo.
-¿Cuando el ministro habla del “sistema perimetral de seguridad” en el protocolo que prepara para la Guardia Civil cuando se modifique la Ley de Extranjería, a qué se refiere?
-Quiere decir que para la aplicación de la Ley de Extranjería es necesario que el inmigrante esté en España, haya sobrepasado un perímetro de seguridad que incluye unos elementos que no pueden ser considerados como tres o cuatro, sino como uno único. Está diciendo que hasta aquí se produce el 'rechazo en frontera' y desde aquí se aplica la Ley de Extranjería.
-A mí me da la sensación que tenemos unas leyes maravillosas aprobadas por mayoría en el Parlamento que no funcionan bien en Melilla, que muchas veces son de imposible aplicación al pie de la letra. Es muy difícil ponerle solución en el Congreso por el propio debate político que este asunto genera. Y por eso se deja que el debate se traslade a Melilla, a la valla misma y a los juzgados.
-Cuando hay casi una treintena de normas entre leyes nacionales y supranacionales, me refiero a la Ley de Extranjería, al Tratado de Readmisión del año 92, directrices del Consejo Europeo… 28 normas que hablan de lo mismo… Cuando para un problema hay 28 soluciones, probablemente las 28 son buenas o ninguna lo es. Además, cuando ninguna trata la situación específica de Melilla y Ceuta, significa que hay que mejorar las condiciones reformando la ley. La Ley de Extranjería no resuelve el problema de Melilla y Ceuta, por eso debe ser modificada.
Yo creo que la inmensa mayoría de los ciudadanos melillenses, españoles y europeos están en contra de dar por asumido que los inmigrantes puedan entrar por la fuerza violentando la frontera, por la noche, en grupos inmensos y organizados.
-Estar absolutamente en contra de eso no significa aceptar todo.
-Exacto.
-Igual de inaceptable es saltar la valla que algunas respuestas que se dan a la inmigración ilegal.
-Sí, pero vamos a ver. En 2005 se hablaba de utilizar los medios antidisturbios y la fuerza proporcional y necesaria para cumplir con la obligación de defensa y custodia. ¿Por qué no se va a poder utilizar para vigilar y custodiar nuestras fronteras? Ojo. Fuerza proporcional, legítima y congruente. Lo veo como absolutamente normal y necesario.
Si la ley al final dice que tienen que entrar todos, que quitemos la valla, la quitamos, pero ésa no es una decisión mía.
-No se trata de esto o nada. Se trata de ‘esto no y por lo tanto vamos a buscar una solución’.
-Si la presión migratoria que estamos sufriendo son por el asilo y por cuestiones económicas, que también son legítimas, pongámoslo en condiciones: Por los pasos habilitados al respecto, con su documentación en regla, siguiendo los trámites necesarios y no forzando situaciones como las que se están produciendo. Yo no me resigno.
-Eso que plantea es un poco utópico. No me imagino a un inmigrante presentando la documentación en el paso de Beni Enzar para realizar los trámites de una solicitud de asilo.
-Es que no sé cuáles son los pasos a seguir. No sé si se puede solicitar en el país de origen, no sé si se puede solicitar en embajadas…
-Dése cuenta de que ya no es que el inmigrante tenga que hacer frente a la corrupción burocrática que pueda haber en su país. También debe hacer frente a la corrupción de los países del Primer Mundo. Fíjese en el caso del ex cónsul español en Nador destituido a finales de los 80 y que ahora también ha sido retirado de embajador en el Congo por la presunta venta de visados a 3.000 euros cada uno.
-Pues habrá que aplicar la política común de inmigración. Tendremos que ver cuántos inmigrantes somos capaces de absorber. Los 28 Estados miembros seguimos necesitando un tipo de mano de obra o profesionales que aquí no tenemos, vamos a ver cómo los traemos y lo hacemos desde los países de origen. No podemos hacer una política de puertas abiertas. Tenemos que regular la inmigración.
-Esto se sale de los límites de actuación de Melilla, pero no es cuestión de qué 'necesita' la Unión Europea, también hay que tener en cuenta qué 'necesitan' los países del África subsahariana.
-Además de la inmigración está la ayuda a la cooperación y al desarrollo para que no necesiten emigrar. Es un abanico de posibilidades para no llegar a la situación límite en la que está la inmigración ilegal. Hace falta una política común de inmigración, no es suficiente una política bilateral.
-¿Cómo explica usted a los ciudadanos que la Guardia Civil haya estado pidiendo un 'protocolo' durante dos años, no se lo han dado y ahora el Ministerio del Interior prepara un documento que denomina 'protocolo' y que no se ajusta a lo que reclamaba la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC)? El cambio de opinión del ministro coincide con la imputación poco antes de un delegado del Gobierno, de un coronel de la Guardia Civil y de un comandante.
-Estamos hablando de dos cosas, para mí, muy diferentes. Y vamos a ver si yo lo puedo aclarar. A mí se me ha dicho que yo debería dar un protocolo. A mí no se me ocurriría jamas en la vida dar un protocolo operativo a la Guardia Civil, no es mi ámbito profesional. Se lo tienen que dar sus jefes y esa operativa en relación a la valla estaba diseñada desde el año 2005.
-Más claro todavía. El ministro no ha hecho un protocolo hasta que no ha visto imputados al delegado del Gobierno en Melilla, al coronel de la Guardia Civil en esta ciudad y a un comandante.
-No hay ninguna instrucción o protocolo diferente desde el año 2005. El ministro ha hablado de “sistema perimetral”. Es decir, es la primera valla, la segunda valla, la sirga tridimensional, la tercera valla y la Guardia Civil.
-Pero eso no lo puede decidir el ministro.
-¿Por qué?
-Eso lo tendrá que decir una ley. Dónde se aplica la Ley de Extranjería no lo puede decidir un ministro ni un coronel de la Guardia Civil.
-Si no está, habrá que interpretarlo.
-Si no está, habrá que hacer una ley que defina qué es el “sistema perimetral”.
-La valla, un elemento, dos elementos, tres elementos. Y si sólo hubiera un muro ¿cuándo está el inmigrante en España?
-En el momento que el inmigrante pisa territorio español, que resulta que está por delante de la valla, en el lado marroquí.
“Quiso respaldar a su coronel”
-¿Qué sintió cuando vio las imágenes del coronel Martín Villaseñor entrando al juzgado a declarar?
-¿De corazón lo digo?
-Sí
-Pues en primer lugar, normalidad. Estamos en una sociedad que cuando alguien va a declarar ante el juez, parece que casi le van a meter en la cárcel. Cuando a mí me preguntaron por mi imputación, dije: Iré gustosamente y declararé ante el juez porque es mi obligación como ciudadano. Pues lo mismo digo del coronel. Irá a disipar las dudas del juez. Y cuando eso ocurra, dije, probablemente se cerrará el caso. Entiendo que el coronel de la Guardia Civil ha actuado conforme a ley.
-¿Y qué pensó cuando supo que había un guardia civil uniformado a la puerta del juzgado dando su apoyo al coronel?
-¿Se refiere al cabo Ferrón?
-Sí, un guardia civil uniformado.
-No puedo opinar por qué lo hizo, pero entiendo que si es un miembro de la Benemérita, ha querido respaldar la acción de su coronel. Una forma de dar apoyo.
-¿Se imagina a 100 o 200 guardias civiles uniformados dando el apoyo al coronel en la puerta del juzgado?
-Hombre, no se ha producido. Creo que la acción del cabo Ferrón ha sido absolutamente espontánea. En cualquier caso, yo creo que deberíamos preguntárselo al cabo Ferrón.
-En el caso de los subsaharianos de los coches kamikazes, que es por el que está usted imputado, ¿volvería usted a actuar de la misma manera?
-Yo tengo la conciencia absolutamente tranquila de haber obrado en consecuencia y con absoluto respaldo legal. Lo dije el primer día, lo mantuve al día siguiente y lo mantengo ante el juez. Esa fue instrucción mía, que se cumpliera el acuerdo de readmisión del año 92. Teníamos que evitar que volvieran a producirse entradas tan agresivas, tan violentas y tan peligrosas para la integridad física de los propios inmigrantes y de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado.
El Faro y la Guardia Civil
-¿Qué la parece el trato que está recibiendo El Faro por parte de la Guardia Civil? No permite entrevistas con el responsable de las ITV a los coches patrulla que sí autoriza a otros medios, los mandos no hacen declaraciones a este periódico, rechazan entrevistas a guardias civiles. La Guardia Civil tiene a El Faro a pan y agua.
-Yo creo que no. Yo mismo te propuse un encuentro con el propio coronel de la Guardia Civil para hablar de este asunto, no sé que habrá pasado para que no hubiera esa entrevista. En cualquier caso, la Guardia Civil, con su debida responsabilidad, tiene que atender a todos los medios por igual. Siempre lo hace, no tiene por qué haber ningún tipo de mala relación.
¿Qué le parece que unos días el mando que está al frente del dispositivo de la Guardia Civil en la valla durante un asalto facilite la labor de los medios de comunicación y otras veces casi haga imposible el trabajo de la prensa?
-La difícil labor que realiza la Guardia Civil también implica la protección de las personas que están ejerciendo con absoluto y legítimo derecho y obligación, diría yo, su labor de informar a los ciudadanos. Pero también es verdad que a veces se producen desencuentros entre ambos porque, a lo mejor, algún miembro de la prensa no hace caso de las directrices que le da la Guardia Civil.
-A veces se producen paradojas, como ocurrió en el salto del 15 de octubre, cuando lo Guardia Civil se siente 'atacada' por un video de Prodein. En ese caso, recurre a la prensa, que ha trabajado con muchos problemas por las dificultades que precisamente le han puesto los propios agentes, para conseguir vídeos con los que defenderse.
-No es paradójico. Porque la Guardia Civil, bajo ningún concepto, va a impedir que ningún medio de comunicación haga su trabajo. Lo que sí va a exigirle es que lo haga bajo una serie mínima de condiciones que faciliten el trabajo del profesional de la prensa y no dificulte el trabajo de los agentes.
Una imagen de Melilla que dio la vuelta al mundo
-¿Qué pensó cuando vio la imagen del campo de golf con los inmigrantes al fondo?
-Pensé muchas cosas. Pensé en el cambio que hay en sólo unos metros, de un Tercer Mundo a un mundo como el nuestro. En las imágenes había dos melillenses, imagino, que a pesar de que un día sí y otro también el helicóptero esté sonando, de que las sirenas estén funcionando a las cuatro, las cinco o las seis de la mañana, a pesar de que se siguen produciendo esos saltos a la valla y a pesar de que muchos días abrimos los telediarios, pues los melillenses quieren hacer vida normal. Y en ese intento de hacer vida normal, están esas personas que juegan al golf.
-Yo lo entiendo de otra manera. Es el contraste entre dos mundos. No veo a dos melillenses jugando al golf. Veo a dos melillenses, dos españoles, dos europeos jugando al golf. No creo que ningún noruego, por ejemplo, dejara de jugar al golf esa mañana en su país por el intento de salto en Melilla.
-Es lo que yo estoy diciendo. Estoy en la misma línea. La comisaría Cecilia Malmström seguro que tampoco deja de hacer vida normal cuando se produce un salto en Melilla.