La Policía Local ha tenido que intervenir en un hotel de la ciudad para detener una fiesta celebrada por un grupo de personas que se estaban saltando las normas sanitarias impuestas para detener el avance de la pandemia de coronavirus. Mientras Melilla sigue a la cabeza del ranking nacional de incidencia acumulada de casos de covid-19, hay quienes siguen poniendo en riesgo su salud y la de los que les rodean. No se puede entender que, inmersos como estamos en una situación de extremo riesgo, cuando las víctimas mortales del virus sigue aumentado, todavía existan personas que sean capaces de ignorar la tragedia que estamos viviendo y los riesgos que existen en este tipo de reuniones.
Parece mentira que haya personas tan egoístas, incapaces de ponerse en la piel de los enfermos, de los muertos y de sus familiares, o de los sanitarios que llevan ya casi un año jugándose la vida en primera línea peleando contra el virus. Cada nuevo contagio de coronavirus pone en riesgo la salud de todos, cada acto irresponsable aumenta las posibilidades de que el sistema sanitario se colapse, cada vez que se incumplen las medidas sanitarias se están poniendo palos en la rueda a la lucha que se está llevando acabo para superar esta tercera ola.
Para detener estos actos irresponsables las sanciones deben ser ejemplares. No se puede permitir que se sigan incumpliendo las ordenes sanitarias ni se puede permitir que el egoísmo de unos pocos ponga en riesgo la salud de muchos.