También considera que los inmigrantes que llegan a Melilla pueden ser víctimas de explotación
El presidente del Comité Español de Unicef, Carmelo Angulo, ha mostrado su preocupación por la “especial vulnerabilidad” de los menores extranjeros no acompañados y de los menores que están llegando a Melilla y a Ceuta con sus familias en busca de refugio. Además, considera que pueden caer redes de explotación. Así lo explicó ayer en una comparecencia en la comisión especial de estudio sobre el trabajo y la explotación infantil celebrada en el Senado.
Asimismo, Angulo destacó la existencia de menores de edad víctimas de redes de explotación sexual y pornografía infantil, mendicidad, hurtos y pequeños robos. En España, los altos datos de pobreza infantil están abocando a muchos niños a la exclusión social y, por tanto, a ser susceptibles de explotación, alertó.
El presidente de Unicef en España recordó la “tragedia” que se está viviendo en Nepal y la “vulnerabilidad” de los niños afectados por el terremoto. “En un país en el que ya había altos índices de trata y tráfico de menores, nos preocupa enormemente que estos niños puedan caer en manos de explotadores en un momento de caos y debilidad de las instituciones”, señaló. La esclavitud y el trabajo infantil son “perjudiciales” para la infancia porque vulneran sus derechos a la educación, al más alto nivel posible de salud, a estar protegido frente a los abusos y la violencia, así como al descanso, al ocio y al juego, necesarios para su desarrollo, explicó.
Además, resaltó que hoy en día no se puede separar la esclavitud y la explotación infantil del fenómeno de la trata, “un moderno comercio de esclavos”. Precisó que se estima que cada año 1.200.000 niños son víctimas de trata para su explotación en el trabajo doméstico, en fábricas o esclavos sexuales.