Desde hace algunos días, Melilla, como cualquier otro punto de España, respira y transmite Navidad. Unas fechas entrañables, con diversión, buenos deseos y alegría se mire donde se mire.
A partir de hoy, esa sensación de fiesta y alegría contínua se intensifica, si cabe, todavía más. Calles en bullicio, restaurantes repletos de compañeros de trabajo deseándose lo mejor y olvidando los malos ratos y actos, muchos actos para todos los públicos con el fin de que todos disfruten.
La programación de la Ciudad Autónoma está en esta línea, con eventos para todos los gustos –ocio, cultura, concursos, deportes o muestras gastronómicas–, todo ello regado con mucha música, principalmente en forma de villancicos.
Sin embargo, los verdaderos protagonistas y, por tanto, con un abanico más amplio de convocatorias son los más pequeños de la casa; porque si estas fechas son festivas para todos, lo son mucho más para los reyes de la credulidad y la ilusión.