Se desplazaron a Bienestar Social para realizar una cacerolada en su defensa.
Un grupo de quince melillenses se concentró ayer a las 10:00 horas a las puertas de la Consejería de Bienestar Social para reclamar a su máxima responsable, Mª Antonia Garbín, que reconsidere el caso en el que se encuentra Khadija, la mujer que hace un mes fue desahuciada de su vivienda por impago del alquiler y en la actualidad se encuentra sin hogar.
“La Consejería ha mostrado un respeto nulo por esta persona”, protestó el máximo dirigente de Prodein, José Palazón, megáfono en mano, ya que Khadija tuvo que abandonar hace pocos días la pensión en la que se encontraba residiendo mientras buscaba una vivienda y cuyos gastos estaba sufragando Bienestar Social hasta que optó por dejar de hacerlo.
En palabras de Palazón, la situación creada es “intolerable”, ya que la Consejería conocía desde hace un año la situación de “extrema necesidad de Khadija y no hizo nada para solucionarla”. Por tanto, consideró que “no se actuó a tiempo” en su caso, motivo por el cual “ahora se ve desamparada y sin hogar”.
Al hilo de su intervención, aseguró que incluso han intentado retirarle la custodia de sus hijos. “Pese al estado en el que se encuentra sigue atendiendo sus obligaciones: trabaja todos los días y sus hijos van al colegio”, agregó el máximo dirigente de Prodein.
“Esta mujer necesita una pequeña ayuda para salir adelante. Sin embargo, la Consejería pisotea sus derechos y se la niega. Están en la obligación de asistirla”, concluyó Palazón.
La suya no fue la única intervención de la mañana, ya que también lo hizo el máximo representante de Pro Derechos Humanos en Melilla, José Alonso, quien recordó “que Bienestar Social está en la obligación legal de proteger a las personas desamparadas como Khadija”.
“¿Acaso está Garbín esperando a que vengan a suplicarle todos los que se encuentran en la misma tesitura? Ha humillado a una familia que tiene los mismos derechos que ella, aunque la consejera no se lo crea”, apuntilló.
La protesta continuó durante treinta minutos más aproximadamente, en los que además de gritos como “consejera escucha, Khadija está de lucha”, se hizo ruido con bocinas y envases de plástico llenos de guijarros.