María Dolores Saez deja su profesión tras estar 45 años cuidando de mujeres y niños de Melilla.
Durante 22 años estuvo asistiendo a las mujeres que daban a luz en el paritorio. Algunos días llegó a ayudar a traer al mundo a cinco o seis bebés. Así que la media de partos a los que ha asistido es casi incalculable. Por sus manos han pasado miles de niños melillenses. Centenares de mujeres han estado con ella en la consulta, emocionadas por que les informaba de que estaban embarazadas o acompañándolas en su dolor cuando les decía que veía algo raro en un pecho y era mejor derivarla a un médico para que analizara ese pequeño bulto. María Dolores Saez es ‘Loli la matrona’. Así es como la conocen en Melilla tras dedicar 45 años de su vida a esta profesión.
Hace unas semanas que firmó su jubilación. Ahora se dedica al cuidado de sus nietos y a recibir homenajes, como el que le organizaron los trabajadores de la Viceconsejería de la Mujer. Loli no se lo esperaba. De hecho, le habían dicho que un amigo de su hijo estaba en la ciudad y por eso habían quedado toda la familia para comer juntos. Pero cuando llegó al restaurante, lo que vio fue a las chicas de la Viceconsejería con varios regalos. De esta forma, reconocieron el talento, la capacidad de trabajo y el entusiasmo de Loli.
Fue en los 90 cuando esta matrona creó el Centro de Atención a la Mujer, junto a otras cuatro especialistas. Gracias a esta institución ha enseñado a miles de mujeres cómo preparase para el parto e incluso, han impartido clases de gimnasia para bebés. También ha colaborado con la Viceconsejería con charlas sobre salud en los talleres de alfabetización. Su objetivo siempre ha sido informar, asesorar y aconsejar a la mujer, tanto la adolescente como la que sufre los efectos de la menopausia. Estos es ser matrona, cuidar de la mujer y del niño toda su vida, asegura a El Faro mientras deja a su nieto en el cochecito para poder contar mejor algunas de sus vivencias.
Son muchos los momentos emotivos, bonitos y sorprendentes que componen su vida profesional. Sin duda, afirma que el instante más hermoso es cuando le entrega a una madre el bebé que acaba de parir. Resalta que lo que necesita una parturienta es una dosis de “cariñoterapia” y por eso, está a favor de que las parejas estén con ellas para que se sientan protegidas.
Loli tuvo la suerte de traer a este mundo a uno de sus nietos. Asegura que cuando estuvo con su nuera durante el parto la trató como al resto de mujeres que han estado frente a ella empujando y sufriendo dolores, con mucho respeto. Sólo cuando el bebé estuvo fuera se dio cuenta de era ‘suyo’ y lloró.
Con su experiencia en partos no tuvo ningún inconveniente en asegurarle al ginecólogo que la asistió en su alumbramiento que el bebé que traía no iba a nacer sino era con cesárea. Es otra de sus anécdotas.
Esta conocida matrona afirma que sin el apoyo de su marido no hubiera podido dedicarse en cuerpo y alma a su profesión. También agradece a sus hijos su comprensión cuando tenía que salir corriendo a atender alguna urgencia. Incluso apunta que su marido ha estado tantas veces en un parto que “es una matrona sin titulación”.
José Antonio, su marido, la define como una mujer “luchadora al 100%”. Llevan juntos desde los quince años de él y los trece de ella. Se conocieron en el instituto y no se separaron nunca.
Emprendedora, cariñosa y leal son las palabras con las que la definen. Su capacidad de aprendizaje la ha convertido en una de las matronas más conocidas y reconocidas de Melilla, afirman sus amigas y compañeras de trabajo.