Como todo melillense sabe, dos rotondas coronan el comienzo y el final de la calle principal de la barriada del Tesorillo. Pese a que ambas son relativamente nuevas, la imagen que mostramos se produce de manera demasiado habitual.
Y es que, como muchos habrán podido comprobar, no es raro que los fines de semana cualquiera de las dos rotondas amanezcan con este aspecto a causa del algún accidente nocturno.
Como ya hemos comentado, la escena es tristemente cotidiana, por lo que desde estas líneas no podemos hacer otra cosa que pedir a los melillenses precaución al volante, principalmente por su propia seguridad, aunque en ocasiones el mobiliario urbano sea el que pague los percances.