Urban Sketchers es un movimeinto pictórico internacional que nació en 2007 con la filosofía del cuaderno de viaje. Fue un español, Gabi Campanario -cuyo padre, por cierto, hizo el servicio militar en Melilla-, quien lo puso en marcha en Seattle (Estados Unidos).
Él se dedicaba a hacer caricaturas sobre los juicios y ese tipo de asuntos para un periódico de esa ciudad y más tarde ha llegado a trabajar como ilustrador para diversas publicaciones de lo más prestigiosas, como Nacional Geographic.
En sus ratos libres, empezó a dibujar para una web y acabó creando una página que llamó Urban Sketchers y que es el origen de todo lo que vino después. Actualmente hay Urban Sketchers en todas las partes del mundo, incluso “en el rincón más insospechado que te puedas imaginar, desde Bali a Nueva Zelanda, China o Japón”, asegura Francis Alemany, uno de sus cabecillas en Melilla.
Pese a todo, no se trata de una asociación, más allá de que haya una central itinerante que va autorizando el uso de la marca, puesto que además esta cúpula se va renovando y hay coordinadores prácticamente en cada lugar. No hay una sede fija en un país.
Tampoco hay unas normas fijas para realizar la pintura más allá de un decálogo que habla de dibujos al aire libre y la plasmación de lo que, cada uno a su manera, ve en un momento determinado. Además, aunque habitualmente se usan acuarelas, también están permitidos los bolígrafos, los lápices de colores u otras técnicas.
Lo que sí tienen es un logotipo y también hay una cierta relación entre sus componentes, fundamentalmente a través de un grupo de Facebook, llamado precisamente Urban Sketchers, que permite también a sus integrantes relacionarse con otros pintores en otros lugares del mundo. Como explica Alemany, y puesto que en España hay gente que dibuja en la calle en casi todas las provincias, si se da el caso de que en un viaje, por ejemplo, a Toledo, desde allí avisan por las redes de un encuentro, él se puede unir a ellos perfectamente “como si fuera uno más”.
Este sábado, en Melilla, un grupo de entre 20 y 30 personas se ha reunido por la mañana en la plaza Pedro de Estopiñán para dibujar esa plaza o los alrededores, por el Primer Recinto.
Se conmemoró, de esta manera, el séptimo año de su comienzo en Melilla en el mismo lugar donde empezaron en 2016. Así, el grupo unió su aniversario con el encuentro mensual que suelen realizar y en el que van variando los lugares de quedada, que pueden ir desde una exposición de Jesús García Ligero hasta la ULOB24. Una vez se llega al sitio, cada ciudadano elige el motivo de lo que va a dibujar.
De hecho, según Alemany, en Melilla han hecho de todo: desde exposiciones a iglesias pasando por salas históricas. “Aquí tenemos la suerte de que hay muchas cosas que son muy dibujables y que tienen un cariz apetecible, por lo que cualquier sitio nos sirve y siempre sacamos algo del lugar al que vamos”, cuenta el dibujante urbano.
Urban Sketchers tiene en Melilla un grupo de WhatsApp con unas 50 personas, pero la cifra de participantes en cada evento va oscilando, porque no hay obligación en absoluto de asistir a cada encuentro. Alemany dice que lo habitual son unas 15 personas, lo cual, teniendo en cuenta el tamaño de la ciudad, está “bastante bien en proporción” aunque se compare con otras como Málaga, “donde el grupo de Urban Sketchers es enorme”.
Asegura que en Melilla hay un grupo bastante estable que siempre acude a todos los encuentros y al que cada vez se va sumando una gente distinta, sobre todo porque no hace falta inscripción previa, lo cual facilita mucho la unión de cualquier persona que esté interesada en un momento dado.
¿Qué hace falta entonces? “Simplemente ganas de dibujar y perder el miedo a hacerlo en público y en la calle”, responde Alemany.
Y con esas ganas y sin ningún miedo, así lo han hecho en la plaza Pedro de Estopiñán, donde han estado entre las 10:30 hasta casi las 14:00 horas, después de lo cual se han marchado juntos a comer, que bien merecido lo tenían.