Los jugadores de la UD Melilla cobraron por fin el pasado jueves. No fue todo lo que les adeuda el club, pero será suficiente para que la plantilla pueda disfrutar con tranquilidad de las fiestas navideñas tras disputar hoy el último partido del año. El equipo recibirá una importante partida de los próximos Presupuesto locales. Serán 1.600.000 euros, pero no hay garantías de que con ese dinero Cristóbal Sánchez consiga reflotar un club que llega con el agua al cuello a cada vencimiento de pago. La situación económica de la UD Melilla no se debe achacar únicamente a su actual Junta Directiva (aunque algunos de sus miembros no puede evadirse de la corresponsabilidad de la gestión realizada en anteriores etapas, como el propio Cristóbal Sánchez). Sin embargo, sí es achacable al actual equipo la incapacidad para enderezar la situación económica del club. La importante apuesta del Gobierno local por la superviviencia de la UD Melilla, no se está viendo correspondida con resultados. Y hasta tal punto es así que el éxito que los jugadores cosechen en el campo puede verse invalidado si el trabajo en los despachos sigue sin obtener resultados. Precisamente ése es el único objetivo del apoyo de la Ciudad Autónoma. La ayuda en forma de 1,6 millones de euros tenía una única exigencia: Rebajar los números rojos que ahogan a la entidad. Y para alcanzar ese objetivo, no importaba sacrificar los logros deportivos. Ésa era la pretensión de la Consejería de Fomento, Juventud y Deportes cuando se indicó a los gestores de la UD Melilla que había que sustituir los fichajes foráneos por jugadores locales.
A pesar de estos condicionantes, el equipo está consiguiendo remontar en vuelo en el campo de juego tras superar el último bache deportivo. Por el contrario, el resultado del trabajo en los despachos sólo es la decepción, una sensación que compromete la continuidad del apoyo económico del Gobierno local. Es difícilmente sostenible seguir arrojando dinero a ese pozo sin fondo en una ciudad con una parte de población que atraviesa por graves problemas económicos.