En el ámbito nacional, fueron más de 9.000 presos los que disfrutan del régimen abierto, según los datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Hasta noviembre del pasado 2012, un total de 28 reclusos en Melilla consiguieron el tercer grado penitenciario o régimen abierto, entre los que se encuenta una mujer, el resto hombres, según los datos publicados ayer por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. En el ámbito estatal, los presos que disfrutan de esta medida fueron un total de 9.088 a fecha de noviembre del pasado año, entre los que se incluyen los 1.699 beneficiarios del tercer grado en Cataluña, la única autonomía con competencias en Prisiones.
Del total de reclusos en tercer grado en las cárceles del Estado, sólo el 12,4% son mujeres (916) y el resto son hombres (6.473). Por su parte, en Cataluña, 175 reclusos en régimen abierto son mujeres, el 10,3%, frente a 1.524 hombres.
Tal y como se recoge en el artículo 72.2 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, el tercer grado se aplica a los internos que, por sus circunstancias personales y penitenciarias, estén capacitados para llevar a cabo un régimen de vida en semilibertad. Si la duración de la pena de prisión impuesta es superior a cinco años, la Justicia podrá ordenar que la clasificación en tercer grado no se efectúe hasta que el interno cumpla la mitad de la condena.
De todos modos, nunca podría hacerlo hasta que el condenado haya cumplido la mitad de los años de la condena si ha incurrido en delitos de terrorismo o los perpetrados en el seno de una organización criminal o cuando la víctima de su acción haya sido un menor de trece años, entre otros motivos.
Para la concesión del tercer grado, la junta de tratamiento de la prisión correspondiente, que es la que lo propone, tiene en cuenta la conducta del interno, el delito que ha cometido, su arraigo familiar o sus posibilidades para mantener un puesto de trabajo. Cuando un interno accede a la semilibertad es trasladado en general a alguno de los más de treinta Centros de Inserción Social (CIS), donde como mínimo tiene que permanecer ocho horas diarias (para dormir fundamentalmente) salvo que voluntariamente acepte ser controlado por dispositivos telemáticos, las denominadas pulseras.
Según el reglamento penitenciario los internos, si así se determina, podrán salir el fin de semana desde las 16.00 horas del viernes hasta las 8:00 de la mañana del lunes.
Andalucía es la autonomía donde se registró el mayor número de presos en semilibertad, con 2.113, por delante de los 1.699 de Cataluña y 2.148 de la Comunidad de Madrid.