La entrega ayer del título de Protector del Patrimonio de Melilla a la Asociación de Estudios Melillenses era una asignatura pendiente que, por fin, se ha llevado a buen término. La AEM ha sido precursora de la defensa y puesta en valor de nuestro patrimonio histórico, artístico e incluso social e inmaterial. Por eso, el acto de ayer, que como punto negro no tuvo otro que la ausencia de la misma oposición que votó a favor de su concesión, no pudo ser más que un canto de reconocimiento a la labor de tantos hombres y mujeres que, como dijo el presidente Imbroda, de forma callada y altruista han trabajado para ensalzar, investigar y divulgar el gran valor de nuestra historia, patrimonio y ciudadanos que construyeron la ciudad en la que hoy vivimos.
Desde ‘El Faro’ nos sumamos al merecido reconocimiento a la Asociación de Estudios Melillenses que, entre otros, impulsó el gran investigador de la historia de Melilla, Francisco Saro Gandarilla, hace ya treinta años.