Los seis están detenidos por su supuesta relación con el hachís descubierto por la Benemérita en dos bateas en el puerto. Cuatro empleados de la sociedad de estiba y desestiba, un soldado profesional (metopa) y un guardia civil se encuentran detenidos desde ayer en el Cuartel de la Benemérita y a espera de ser puestos a disposición judicial por su presunta implicación en el alijo intervenido el pasado 17 de marzo, de 470 kilos de hachís que se encontraban ocultos en dos bateas comerciales prestas para embarcar con destino a la Península.
Según informó el Instituto Armado, en una de las bateas la droga estaba alojada en la parte superior, en un doble fondo “muy bien construido y novedoso”, tanto por el sistema de aislamiento como por la colocación de los paquetes de droga, en cajones metálicos, ubicados sobre rieles, para su posterior extracción al tirar de unos cables.
En el interior de ese doble fondo se localizaron multitud de paquetes con droga, que alcanzaban una cantidad cercana a los 230 kilogramos.
En otra batea próxima, ocultos entre diversos enseres como maletas y cajas de cartón, utilizados para el transporte de mercancías, se localizaron otros 240 kilogramos de droga, siendo las características de los paquetes en que iban distribuidos similares a los de la primera. En total la aprehensión fue de 470 kilogramos de hachís. Las de ayer por la mañana son las primeras detenciones que se producen. El guardia civil presuntamente implicado está acusado de complicidad con los autores del intento frustrado de narcotráfico, según fuentes solventes a las que tuvo acceso El Faro de Melilla.