Antes de las siete de la tarde de ayer, cientos de melillenses ya cogían sitio en las aceras de la Avenida Juan Carlos I para ver en primera fila la cabalgata de Reyes. Hacía dos años que el gran desfile festivo de la Navidad no podía desarrollarse con normalidad y esto se ha notado en la calle. Había ganas de volver a lo que siempre fue y así se hizo.
Este año, además de las tradicionales vallas para impedir el tránsito de personas al paso de la cabalgata, se han instalado sillas y un buen número de gradas para que los asistentes puedan presenciar el espectáculo de los Reyes Magos con mayor comodidad.
La Avenida, además, fue cortada al tráfico rodado desde bien pronto por la tarde, siguiendo los protocolos de seguridad que obligan a establecer el sistema antiterrorista de los grandes bloques de hormigón que impiden el acceso por la fuerza a todo tipo de vehículos.
Y llegó la cabalgata llena de música, baile y colorido, compuesta por doce carrozas y un buen número de pasacalles que, como siempre, protagonizan las alumnas de la Escuela de Danza. Fue un desfile bonito y alegre, muy propio del motivo por el que fue organizado. Los Reyes Magos, que habían llegado al Puerto Noray a las cinco de la tarde, eran los personajes más esperados.
Miles de personas participaron en la actividad que pone un broche final brillante a nuestras fiestas navideñas, que se han extendido por un calendario intenso que culminó de la mejor manera posible. El único debe de la Consejería de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad en esta Navidad ha sido el Belén, que debe realzarse muchísimo más y ser tratado con la importancia que merece, habida cuenta de cuál es el objeto real de todas las celebraciones: el nacimiento de Jesús.
Se ha cerrado con éxito una organización que merece alta calificación en las notas finales y a partir del lunes entramos de nuevo en la rutina, en un mes que supone una “cuesta arriba” económicamente hablando después del dispendio navideño. Enero se nos hará largo pero traerá consigo una aspiración melillense que lleva más de cuatro años esperando respuesta positiva: la reapertura de la aduana comercial, algo que se producirá en una fecha aún por concretar pero que, según el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, se producirá antes de la Reunión de Alto Nivel que España mantendrá con Marruecos.
Hablando del vecino del sur, allí se encuentra actualmente el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, quien ha dejado claro que los marroquíes están haciendo grandes esfuerzos para resolver el conflicto del Sáhara. Será que ahora el decir “esto es mío y solo mío” es solucionar un problema.