Iván Rubio Cortés graba su primera maqueta en casa. Guarda la esperanza de que sus temas, entre flamenco y pop, suenen en la radio.
La música forma parte de su vida. Sin ella no podría respirar. Está todo el día entonando y cantando. Tanta es su pasión por el cante que su garganta está resentida y ahora le toca descansar durante un tiempo. Si todo va bien, no le tendrán que operar. Los nódulos que le han salido en las cuerdas vocales son lo único que le han parado, de momento, en su empeño por grabar un disco. Lleva desde los trece años buscando como loco un estudio en el que poder interpretar sus temas y así, enviarlos a las diferentes discográficas que hay en España. Y como no encontraba ningún lugar que se adaptara a su presupuesto, ha decidido montarse el estudio en su casa para cumplir su sueño. Ésta es la historia de Iván Rubio Cortés. Un chico de voz rota que viste a la moda y que siente el flamenco en cada poro de su piel.
No es de Melilla, pero está vinculado a la ciudad. Su madre es melillense y aquí viven muchos de sus familiares. De hecho, lleva en la ciudad unos años y no tiene previsto marcharse de Melilla hasta que no finalice el módulo de fotografía que ha comenzado este año. Es un artista y si no puede cantar, pues por lo menos coge la cámara y retrata lo que va viendo.
La tradición de la familia
Su vida son los escenarios. Su madre fue cantaora y con ella, compartió minutos de gloria desde muy pequeño. Tiene mucho arte y eso le viene de cuna, pues parte de su familia se ha dedicado a la danza y a la música.
Con doce años le dijo a su madre que dejaba el colegio para dedicarse de lleno a ser cantante. Menos mal que le hicieron entrar en razón. Ahora, a sus 18 años, sabe lo importante que es estar formado y haber terminado la ESO. De hecho, no sólo desea terminar su módulo de fotografía, sino apuntarse a una academia de música de la ciudad para aprender a tocar el piano. Domina la guitarra, pero cuanto mejor aprenda a leer partituras, más preparado estará para el mundo musical.
Actuaciones y más sueños
Rubio Cortés es un viejo conocido de los melillenses. Desde que era un adolescente ha participado en numerosas galas y actuaciones musicales organizadas en la ciudad. De la mano de Armando Pelayo, productor musical, ha subido a los escenarios de un gran número de centros de Melilla y ha estado en la televisión local.
Durante mucho tiempo ha cantado las versiones de canciones de sus ídolos, pero ahora lo que quiere es que la gente escuche sus temas, sus letras y sus notas. Escribe canciones flamencas fusionadas con pop y otros estilos que se llevan ahora. Por él, se centraba en el flamenco, pero sabe lo difícil que es abrirse camino en este terreno. Por eso, prefiere incluir en sus melodías toques más pop para gustar a la gente de su edad.
¿Por qué el flamenco es su referente? Asegura que lo que más le gusta son los ‘quejíos’, esos cantes que desgarran el alma y que se hacen desde lo profundo del corazón. Y teniendo este estilo como guía, su maestro es Camarón.
Otro sueño sin cumplir de Iván es el de formar una banda. Anima a los chicos de su edad a contactar con él. Con un ‘grupito’ de músicos y cantantes podría ir ensayando y buscándose la vida para subirse a un escenario. Sus amigos le apoyan y le admiran, pero ninguno sabe tocar un instrumento, así que espera conocer a gente tan apasionada por la música como él con los que compartir escenario.