Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu ya se ha presentado ante la sociedad melillense. En la sede del Partido Popular, apadrinado por Juan José Imbroda y por Adofo Suárez Illana, se ha lanzado al ruedo, nunca mejor dicho, y más estando el hijo de Adolfo Suárez presente, no en vano es un amante de los toros, de los conocidos de verdad. Quien pretenda, desde luego, ver en Fernando Gutiérrez a un político tradicional y hablamos de político tradicional a partir de lo que conocemos, de esos clichés que vemos y vemos y que parecen todos cortados por el mismo patrón, se estrellará a buen seguro. Fernando Gutiérrez, en esa puesta de largo ante los medios de comunicación melillenses, ya ha dicho que buscará que no haya broncas, que exista más tranquilidad en los debates parlamentarios, para que de verdad los ciudadanos españoles vean que los parlamentarios se preocupan verdaderamente por sus problemas.
De todas maneras, resulta que en muchas respuestas a las preguntas que se le hacen, lo denoté en la entrevista que concedió a este medio y en las que le han hecho durante su presentación pública, se habla de lo que hará una vez que obtenga el escaño en el Congreso. Por supuesto, en determinadas apreciaciones se habla en el sentido de comentar que todo dependerá de la voluntad de los melillenses, pero luego, el subconsciente engaña de vez en cuando y existen determinados tics que traicionan: como cuando se habla del piso o de los amigos que dejó en Melilla y con los que ahora volverá a entablar contacto.
Tengamos en cuenta que el Partido Popular, con casi toda seguridad, se enfrenta a las elecciones generales más difíciles de los últimos años, mejor dicho, de los últimos veinticinco años, en los que no ha tenido ningún problema para renovar sus cargos sin dificultad, prácticamente de paseo, donde las campañas no dejaban de ser un mero accidente y formulismo. Pero ahora no es lo mismo. Y no lo es por distintas razones: por un lado, nos encontramos con un PSOE que está en el Gobierno, aunque no es la principal circunstancia, pero jamás ha estado el PSOE en el poder y el Partido Popular en unos números tan bajos como los que dan las encuestas en estos momentos a nivel nacional. Aparte nos encontramos, como ya expliqué en otra ocasión, con la situación de que Vox es un grupo político que le puede robar votos al Partido Popular. No digo que le vayan a ganar el escaño, pero esos votos que les restarían dejarían a los populares más cerca de los números de Coalición por Melilla y Partido Socialista, dos partidos que han perdido desde luego la oportunidad de su vida.
Los populares son conscientes de que se juegan mucho. Ello lo saben y no se pueden relajar porque posteriormente vendrían las lamentaciones. Tienen detrás el aval del trabajo realizado por los distintos Gobiernos formados por estas siglas, así como el trabajo de los tres parlamentarios. Hay un aval y en las tres semanas que quedan deben echar toda la carne en el asador.
Quiero que mis últimos apreciaciones de esta colaboración dominicial sean pare volver a reiterar que nadie piensa encontrar en Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu las características de los políticos profesionales, aunque, a lo mejor, resulta que se le pegan los vicios. Entiendo que no, porque al final procede de donde procede. Tendrá su personalidad aunque deberá de adaptarse.