Hace un año, una furgoneta arrolló a un gran número de personas en el paseo de las Ramblas, en Barcelona, causando quince muertes y centenares de heridos. Se trató de un atentado terrorista por parte del Estado Islámico. El autor material de la masacre fue Younes Abouyaaqoub que se dio a la fuga, siendo abatido días después por los Mossos d’Esquadra en Subirats, a 50 kilómetros de Barcelona.
Uno de los implicados en el atentado, detenido en Alcanar, en Tarragona es ciudadano melillense. Horas antes del atropello masivo, hubo una explosión en una vivienda de esta localidad catalana. Falleció un marroquí en el acto e ISIS también reivindicó este suceso. Los atentados fueron planeados por una red yihadista formada por 12 miembros.
En Melilla, al igual que en el resto de localidades de España, se hizo un acto en memoria a las víctimas tras conocerse la trágica noticia. Políticos, sindicatos y representantes de las diferentes religiones que forman parte de la ciudad guardaron silencio y dedicaron oraciones a las víctimas. En primer lugar, con las autoridades guardando silencio en memoria de los fallecidos en el atentado en la capital catalana, reivindicado por Estado Islámico. Y escasos minutos después, con una oración que unió a los representantes de las cuatro confesiones religiosas que definen la multiculturalidad de nuestra ciudad: cristiana, musulmana, judía e hindú.
El acto del grupo terrorista que tanto dolor causó en la Ciudad Condal dejó consternado al pueblo de Melilla, donde conviven varias religiones. En aquella reunión se pudo ver la tristeza y a la vez la unión de una pequeña localidad donde, se demostró que no hay cabida para el odio, el fanatismo e incluso el miedo que quiere imponer el Estado Islámico.
Además, una multitud de personas se reunieron para encender velas como homenaje y como mensaje de unión y fraternidad por parte del pueblo melillense. En la oración por la paz participaron representantes de las diferentes religiones que conviven en nuestra ciudad, reuniendo a miembros de las comunidades cristiana, judía e hindú, de la Comisión Islámica de Melilla, de la Asociación Musulmana y de la La Zawiya Al Alawiya.
Además, también participaron diversas autoridades, entre las que se encontraban el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani; además de representantes de la sociedad civil y militar, y numerosos melillenses de a pie. Melilla mostró aquel 18 de agosto su condena al fanatismo y a la barbarie de los terroristas.