La Comisión Europea dio ayer un toque de atención a España por su política de asilo. Bruselas no ha pasado por alto que nuestro país aún no dispone de normas claras sobre cómo pedir protección internacional o que no haya establecido los derechos que tienen los refugiados en materia de permisos de residencia, documentación para viajar, acceso a la sanidad, vivienda o a centros de integración.
Ya lo decían varios refugiados sirios entrevistados por El Faro. Ellos no se van de España sólo porque no hay trabajo en nuestro país ni para los españoles, sino porque en Alemania disponen de más ayudas estatales una vez que consiguen la condición de refugiado.
También desde las páginas de este periódico, Prodein ha reclamado la regularización de la documentación con que los sirios que no piden asilo abandonan la ciudad. Se trata, según explicó, de salvoconductos que no sirven para trabajar y que los dejan en una especie de limbo legal.
Hay que aclarar que no sólo España se ha llevado el tirón de orejas de Bruselas. La Comisión Europea también ha notificado la infracción en política de asilo a otros 39 países. Entre ellos, a Alemania, Francia o Suecia.
Sin embargo, la falta que se le atribuye a nuestro país roza la dejadez. España no ha notificado las medidas adoptadas en materia de protección internacional, pese a recibir varias cartas de emplazamiento por parte de la Comisión.
A los lectores de El Faro esta llamada de atención de Bruselas no les suena a chino. Justo cuando Marruecos empezó a cerrar la frontera para impedir el acceso de refugiados sirios a la oficina de asilo de Beni Enzar, este periódico publicó el reclamo de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), exigiendo a España que desarrollara el reglamento de asilo, aprobado por ley desde 2009, para que la legislación sea efectiva. Dicho de otro modo, tenemos una Ley de Asilo y no sabemos cómo aplicarla.
Aún así, comparado con lo que ha venido sucediendo en los últimos años, en 2015 nuestra ciudad ha dado un paso hacia la normalización de la figura del refugiado.
Desde marzo pasado hay una oficina de asilo en la ciudad que hasta la primera quincena de septiembre había recibido casi 5.000 peticiones de protección internacional, al contrario que en Ceuta, donde ni un solo refugiado se ha acercado a pedir ayuda.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha dicho que espera que a finales de año se tramiten unas 17.000 peticiones de asilo en toda España. Son muy pocas, comparadas con las 200.000 recibidas por Alemania. Esperemos que nuestro país haga los deberes y dé una oportunidad a los refugiados que huyen de la guerra. Pero esa oportunidad debe ir acompañada de derechos, no de salvoconductos que no sirven para nada.