Se está avisando por activa y por pasiva. El mensaje no puede ser otro que el de la responsabilidad. Las autoridades competentes deben implicarse en que se cumplan las normas y en garantizar, vía decreto, que no hay ‘barra libre’ en la calle; pero el ciudadano debe saber que esto no es un juego, que llevamos 43 muertes y que hemos vivido momentos muy críticos para que ahora, todo lo conseguido se pierda porque haya quienes solo estén pensando en celebraciones. Llega la Navidad, y son fiestas para estar en familia, respetando el número permitido. Buena parte de la población lo entiende así, sabe que no hay nada que celebrar más allá de vivir este tiempo con el recogimiento debido. Pero hay quienes ya están pensando en cómo celebrar la Tardebuena o cómo preparar el fin de año. Cualquier concentración de personas, cualquier amago de hacer lo que no se debe nos pasará factura a todos, provocará que la situación empeore y generará una situación adversa de la que puede resultar muy complicado salir. ¿Queremos un confinamiento?, ¿arriesgar los meses que quedan por delante? No hay vacuna, no hay salida al coronavirus más allá de guardar las medidas que nos aconsejan los sanitarios. Y la conclusión es sencilla: no se cumple, habrá contagios; hay contagios, habrá colapsos sanitarios; hay colapsos, habrá muertes.
No hay medios ni personal suficiente para afrontar una situación complicada, depende de la responsabilidad global el afrontar la que se viene encima. Debemos ser firmes, colaboradores y tender la mano para salir de esta auténtica pesadilla.