D ECENAS de inmigrantes, unos 200 según los testigos, asaltaron el jueves por la noche el puerto de Melilla para intentar colarse como polizones en uno de los barcos que partía rumbo a la península. Las imágenes del suceso muestran carreras y empujones a los agentes de la Guardia Civil y a los empleados de la naviera que, durante unos largos minutos, intentaron hacer frente a un grupo de personas dispuesto a todo por lograr su ‘billete’ fuera de Melilla. Lo que se vivió en el puerto este pasado jueves no es nuevo. No es la primera vez que somos testigos de sucesos similares, sin ir más lejos la semana pasada cerca de 80 inmigrantes intentaron subir a un barco, pero no por ello dejan de ser unos hechos gravísimos. El elevado número de personas que se ve en la imágenes, trabajando de manera coordinada, es una clara demostración del problema que tenemos con la inmigración en nuestra ciudad. Durante meses, Melilla ha ido acumulando inmigrantes sin que se les diera salida y la situación está cerca de descontrolarse. Además, da la sensación de que campan a sus anchas, sin ningún tipo de vigilancia sobre sus actividades. ¿De dónde salen todos esos menores intentando subir al barco? Los responsables de su tutela, en este caso la Ciudad Autónoma, están fallando si no son capaces de controlar a los jóvenes que tienen a su cargo. Mientras, la Delegación de Gobierno calla, obedece sin rechistar las órdenes de Madrid y seguimos dando cobijo a los nuevos inmigrantes que siguen llegando a la ciudad. Pero ¿hasta cuándo? ¿cuál es el límite de Melilla? ¿se imagina alguien a cientos de inmigrantes corriendo por el puerto de Bilbao o de A Coruña y que no pasase nada? Lo razonable sería descongestionar los centros de acogida de la ciudad, ya no dan más de sí y seguir acogiendo inmigrantes no es factible. El Gobierno de Pedro Sánchez debe entender que Melilla ya no puede cargar con una responsabilidad que es de todo el conjunto del Estado y deben tomarse medidas inmediatas.
No todos eran MENA, había mucho adulto de por medio. La única solución es expulsar a toda esta turba de la ciudad y desanimar a este personal. Hacer lo posible porque no pase ni uno y tenerlos bien encerrados bajo vigilancia para que se larguen pero de vuelta a Marruecos. De lo contrario y como están las cosas en Marruecos el efecto llamada va a ser bestial y cualquier día habrá un incendio o sabotaje en un ferry durante la travesía. Este personal no es de fiar y consume estupefacientes por doquier, ojo!!
Ayer mismo otra turba a las 21 h concentrada en General Macias en el mismo plan y nadie los dispersa.