Dos agentes de Policía Local interceptaron al conductor y su vehículo y sospecharon que podía ocultar droga ante el fuerte olor a pintura.
El Juzgado de lo Penal 2 celebró ayer el juicio contra un hombre que el pasado mes de noviembre fue sorprendido por la Policía Local con más de 100 kilos de hachís en dobles fondos del vehículo con el que circulaba. Le interceptaron en la entrada del puerto comercial y en seguida sospecharon que algo raro pasaba por el “fuerte olor a pintura y gasolina” que desprendía el coche. Posteriormente, fue la Guardia Civil con los perros detectores de droga quienes hallaron más de 190 paquetes de hachís. El acusado, R.E.G., aseguró que la droga no era suya y dijo creer que un amigo suyo al que le dejó su coche pudo haber escondido el estupefaciente, mientras él estaba en Marruecos.
El procesado declaró que antes de viajar a Almería, que era su intención el día que fue detenido, cruzó la frontera con Marruecos para resolver “unos papeles”. Le dejó el coche a un amigo suyo en Melilla y a los dos días, recogió el vehículo en la Plaza de España y de ahí se encaminó al puerto para embarcar.
Una patrulla de la Policía Local interceptó el coche en la entrada del puerto. Los agentes aseguraron que circulaba a “gran velocidad”, poniendo en peligro la seguridad de los peatones. Cuando paró el coche, sospecharon de que éste podría ocultar droga, pues notaron “un fuerte olor a gasolina y pintura” procedente del coche.
Antes de ponerse en contacto con la Guardia Civil, se trasladaron a la comisaría para tramitar la sanción correspondiente por la alta velocidad a la que circulaba. Después se desplazaron a la Comandancia de la Benemérita y allí el perro detector de droga marcó la parte delantera del vehículo, donde los agentes hallaron bajo el depósito de combustible y las faldillas del coche 191 paquetes de droga.
Los agentes de la Policía Local aseguraron que el acusado estaba “muy nervioso” porque tenía “prisa” por embarcar en el puerto, pero el hallazgo de la droga por parte de la Guardia Civil derivó en su detención e ingreso en prisión.
El acusado aseguró que él no estuvo presente mientras los agentes de la Benemérita ‘desguazaban’ su vehículo y aseguró que permaneció en el coche policial sin saber qué es lo que estaba pasando.
El extenso alegato de la defensa
El abogado defensor, en su extenso alegato final, criticó el proceder policial en cuanto al traslado de su cliente y el vehículo a la Comisaría para tramitar una multa de tráfico, así como que el acusado no estuviera presente durante la extracción de la droga de su vehículo.
El letrado insistió en la inocencia de su cliente, pues el coche no estuvo ‘en sus manos’ durante dos días. Sin embargo, apelando al buen juicio del juez de lo Penal 2 estimó que ante un veredicto de culpabilidad debía considerarse un delito de tráfico de drogas en grado de tentativa. La defensa argumentó que no podía considerarse un delito consumado de tráfico de drogas porque su cliente no consiguió llegar a la península con la droga. Su implicación en los hechos tuvo “un recorrido muy corto”, pues recogió su coche en la Plaza de España y fue interceptado por la Policía Local a la entrada del puerto. Por ello, ante un delito en grado de tentativa por tráfico de drogas, el abogado consideró que la pena a imponer sería de un año, 6 meses y un día de prisión. El caso quedó visto para sentencia.