CF Rusadir y Gimnástica de Ceuta deberán esperar una jornada más para estrenar el casillero de victorias, después de ofrecer un partido entretenido que tuvo fases de buen juego y goles de bella factura, y en el que los de Ahmed Dris desperdiciaron una cómoda ventaja de dos goles a falta de poco más de diez minutos para los 90 reglamentarios.
La primera mitad se jugó a un ritmo trepidante entre dos equipos que mostraron sus intenciones desde el pitido inicial. Tanto el equipo melillense como el ceutí buscaron la meta adversaria sin respiro, por lo que el duelo fue un toma y daca constante.
No se había cumplido el primer minuto de juego cuando el colegiado melillense Samir Amar señalaba un libre directo en el mismo vértice izquierdo del área local por derribo de un jugador albinegro que Valdemar enviaba a las nubes.
No tardó mucho el equipo anfitrión en tomar ventaja en el electrónico en una acción a balón parado. Ramón, a pie cambiado y desde el banderín de córner diseñó un pase medido que Chele aprovechó para cabecear al fondo de la red.
La réplica llegaba poco después tras un saque de esquina botado desde la izquierda. La defensa rojinegra despejaba y Manuel Pérez recogía el rechace en el segundo palo, pero el disparo del central caballa se marchaba muy cerca del larguero.
Pasado el primer cuarto de hora era Mizzian el que se hacía con una pelota en las inmediaciones del área, se zafaba de su marcador y disparaba alto. Hubo que esperar hasta pasado el ecuador del primer acto para ver la siguiente acción de peligro, esta vez en el área contraria, donde el exterior visitante Loren enganchaba una volea con la zurda a la que Adam respondía enviando a córner.
El Rusadir pudo ampliar su ventaja casi a renglón seguido en una buena acción ofensiva en la que Mizzian habilitó con un pase raso a Carlos, pero el disparo del '9' rojinegro se marchó por encima del travesaño.
El partido seguía abierto. La Gimnástica, con un planteamiento atrevido de su técnico Alejandro Álvarez, no desistía en el intento por conseguir nivelar el luminoso. Así, al filo de la media hora de juego, un balón colgado desde el flanco derecho al corazón del área lo aprovechaba Loren quien, marcando los tiempos, conectaba un tremendo testarazo, y colocaba el balón lejos del alcance del meta Adam, que nada pudo hacer por evitar el gol.
El Rusadir daba un paso al frente en busca de recuperar la ventaja perdida y a punto estuvo de conseguirlo a poco del descanso en un centro desde la derecha de Fran que Hamete, totalmente solo en el segundo palo, cabeceó alto, por lo que se llegaba al intermedio con todo por decidir.
Tras el paso por los vestuarios el Rusadir salió más enchufado que la Gimnástica y pronto se reflejaría en el marcador. Apenas habían transcurridos tres minutos desde la reanudación y Mizzian se hacía con una pelota en el área, se deshacía de su marcador y conectaba un potente disparo ante el que nada pudo hacer Jesús.
El gol daba alas a los colegiales y tan solo dos minutos más tarde ponían tierra de por medio en una magnífica acción individual de Hamete, que controla el cuero en el borde del área, se acomodaba el disparo y colocaba la pelota ajustada al palo izquierdo de la portería visitante.
Con el paso del tiempo la intensidad en el juego fue decayendo. El esfuerzo realizado comenzaba a pasar factura y las imprecisiones eran continuas, si bien el Rusadir tenía perfectamente controlado el duelo, que pudo dejar sentenciado en un libre directo ejecutado por Mizzian, que se marchó muy cerca de la cruceta derecha del portal ceutí; y poco después en una acción de calidad en la que Mizzian habilitó dentro del área a Ayoub, pero el disparo sobre la marcha del recién entrado jugador rojinegro se estrellaba en el palo izquierdo de la meta caballa con Jesús ya batido.
La Gimnástica no tiraba la toalla y volvía a meterse en el partido tras una jugada por la banda izquierda que finalizaba con centro al segundo palo donde aparecía Óscar para cabecear y batir por alto al arquero melillense.
Con el 3-2 en el marcador el equipo caballa se animó y se acercó con más fe al área local. Así a cinco minutos del final, Óscar se hacía de nuevo con una pelota en la frontal del área melillense y conectaba un disparo raso que sorprendía a Adam para establecer el empate a tres que a la postre resultaría definitivo.
