AYER se puso punto y final a una campaña electoral, la más corta de toda la etapa democrática. Una campaña corta para beneficio de los ciudadanos, de manera que no se tengan que soportar tantos mensajes, tantas directrices y tantas promesas. Porque, al final, quienes no han sido capaces de ponerse de acuerdo a nivel nacional para que no se produzca un bloqueo político que obliga nuevamente a los españoles a pasar por las urnas mañana domingo, son los mismos que han vuelto a salir a la calle para pedir la confianza a unos electores que han mostrado su hartazgo. La verdad es que en Melilla la campaña ha pasado con tranquilidad, dentro de lo que cabe, con visitas de responsables nacionales de casi todas las fuerzas políticas. Ayer, fue el último día de campaña donde las formaciones políticas intentaron enviar sus últimos mensajes, destinados de manera especial a los indecisos. Y es que 24 horas de abrirse los colegios electorales todavía existe una bolsa importante de ciudadanos que acudirán a votar, pero que no tienen claro qué papeleta coger para depositar su voto. Tienen todavía un día para reflexionar aunque la verdadera lección que todos debemos sacar de esta nueva campaña es que no nos podemos permitir unas terceras elecciones cuando llegue la próxima primavera. Gane quien gane debe prevalecer el sentido de Estado para que se pueda formar un gobierno estable que tenga una mayoría importante para que se ponga punto y final a esta etapa de inestabilidad. Es la deuda que deben cumplir los líderes políticos a partir del próximo lunes cuando comiencen las negociaciones.