Con motivo de la celebración este 22 de febrero del Día Europeo de la Igualdad Salarial, el área de Mujer del Sindicato Autónomo de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza de Melilla (SATE-STEs) busca sensibilizar a la ciudadanía contra la injusta brecha salarial ya que "las mujeres seguimos cobrando menos", aunque realicen "el mismo trabajo" que los hombres.
En una justa lucha por la equidad de género, los sindicalistas recuerdan que la brecha salarial es una consecuencia más del sistema patriarcal y que la mejor forma de combatirla es la inversión en educación en igualdad.
De forma concreta, proponen una revisión urgente del derecho de la conciliación de la vida personal, laboral y familiar, que incluya un número mayor de centros públicos de guardería o una flexibilidad horaria real para embarazadas y madres con hijos menores.
También abogan por la implantación de planes de igualdad obligatorios en la empresa pública o la privada, que conlleven un seguimiento efectivo, la transparencia y la penalización, si fuese el caso; así como de iniciativas para la formación en igualdad en el entorno laboral.
Por otro lado, los sindicalistas piden políticas salariales que contemplen prestaciones para las trabajadoras que cuidan de familiares dependientes.
En otro sentido, destacan que los subsidios Covid-19 han paliado la situación particularmente con las mujeres, pero se preguntan "¿qué pasará en tiempos post-pandemia?". Desde la visión de SATE-STEs, la incertidumbre se puede despejar "con una buena gestión y una planificación preventiva".
"Las leyes por sí solas no son suficientes"
En 2019, las mujeres españolas cobraron cada mes 400 euros menos que los hombres. Entonces el salario medio femenino fue de 1.773,3 euros y el masculino, de 2.173,6, con una brecha del 18,41 %, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
De ahí que, de acuerdo con el sindicato, en tiempos de crisis, las mujeres son "las primeras en sufrir las consecuencias porque el impacto es mayor en los salarios más bajos".
En tanto, el informe 2020-2021 de la Órganización Internacional del Trabajo reconoce que "la crisis por la pandemia no ha tenido las mismas consecuencias para las mujeres que para los hombres; en particular, son ellas quienes más sufren los efectos adversos". De hecho, se estima que la brecha pasó a ser del 36% y la pérdida de salario, más acentuada entre las mujeres (-14,9%) que entre los hombres (-11,3%).
Además, el Instituto Europeo para la Igualdad afirma que se tardaría décadas en conseguir ajustar esta desigualdad salarial.
Desde SATE-STEs recuerdan también que en 2007 se aprobó en España la Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, pero "las leyes por sí solas no son suficientes", sino que "son papel mojado si no se acompañan de la denuncia de su incumplimiento, de un presupuesto y de medidas de variada índole que las hagan realidad".
De manera puntual, el sindicato rememora una ley parecida, que consiguieron en 1975 las mujeres en Islandia, tras paralizar al país con una huelga masiva que agrupó al 90% de la población femenina. En aquella ocasión, mientras ellas salieron a las calles en defensa de sus derechos, los hombres tuvieron que llevar sus hijos al trabajo.
Otras medidas muy efectivas aprobadas en ese país nórdico han tenido que ver con una gran inversión en guarderías públicas y los permisos de paternidad, que son de de tres meses al igual que para la madre, y con tres más a convenir.
Según el Eurostat, la brecha salarial es menor entre la juventud por lo que tiende a aumentar con la edad, en parte por las interrupciones que las mujeres suelen hacer a lo largo de su vida laboral, especialmente para el cuidado de menores y de mayores.
Asimismo, los sindicalistas catalogan de "inmoral" lo que la sociedad "hace con las mujeres embarazadas y las madres". "Pretendemos que tengan los hijos, los críen y al mismo tiempo trabajen fuera y dentro de la casa, y para agravio, en el primer caso cobrando menos y en el segundo dedicando más horas al día que los hombres", señalan antes de añadir que "ni siquiera las han cuidado en una situación tan complicada como la de una pandemia mundial".
Antes de hablar de brecha salarial, hablen de crear empleos estables y de regularizar los empleos clandestinos. A partir de ahí ya pueden explotar el eslogan de la brecha salarial.