Para aquellos que se hayan marcado como propósito de año nuevo empezar el 2022 más activos, El Faro le trae como propuesta varias rutas senderistas por la ciudad de la mano de Ahmed Raha, presidente de la Federación de Montañismo y Escalada de Melilla.
Si no están en forma o andan un poco perdidos con el tema del senderismo, Raha ofrece varios tipos de senderos. El primero es el paseo marítimo desde el Dique Sur hasta la playa nueva de Horcas Coloradas. Ida y vuelta son unos 10 kilómetros y dura 1 hora y 45 minutos.
Si se hace solo desde el Dique hasta el puente donde comienza el paseo marítimo, se tarda una hora.
A esta ruta también se le puede añadir el puerto Noray y Melilla La Vieja. Raha explica que esta parte es una forma de no ir todo el tiempo en plano y de ver un balcón al mar, dando una alegría visual que rompe con lo monótono.
Pista de Carros
También se pueden hacer rutas en lo que todos los melillenses conocen como la ‘Pista de Carros’. El comienzo de esta dependerá de dónde viva cada persona. Lo habitual es que se haga una parte del paseo marítimo y enganchar la pista de carros en la frontera de Beni Enzar por las naves de El Real, yendo de esta forma del sur al norte y pasando por lugares como el aeropuerto o una base militar y así hasta los pinos.
El camino por la ‘Pista de Carros’ se puede ampliar por el río Nano justo antes de llegar a los pinos, pues ese barranco “da bastante juego”: hay desnivel, zigzag con subidas y bajadas, dando de esta forma altitud a la ruta.
Se empezaría en el río Nano desde la frontera de Mariguari subiendo en dirección al acuartelamiento del Tercio, volver a bajar por el río Nano y de ahí subir una vez más hacia los pinos. A este camino, también se le puede sumar el camino al embalse de las Adelfas.
Si se hace el camino que es prácticamente paralelo a la valla, Raha explica que hay un sendero “muy bonito” en el que se pueden ver incluso trincheras; la ruta acaba en el mirador del barranco del Quemadero.
Este último sendero es una de las zonas naturales de Melilla donde menos impacto humano hay y donde los árboles han crecido al libre albedrío.
Aguadú
Otro camino es bajar hasta Aguadú y volver a subirlo y desde allí se va en dirección al toro de Osborne bajando en paralelo al polvorín. Este camino desemboca en el Monte María Cristina, se pasa por el cementerio y de ahí se va al barrio de Ataque Seco, donde se engancha con el paseo de Horcas Coloradas. Esta podría decirse que es una ruta mixta, donde hay una parte urbana y otra que es más de campo.
En verano, esta ruta se puede hacer a nado, es decir, en vez de volver a subir desde Aguadú tras haber bajado, ir nadando hasta la playa de Horcas Coloradas. Para hacerlo, se utiliza una bolsa o una mochila estanca donde se meten los objetos personales para que no se mojen.
Una vez en la playa, van andando hasta la alcazaba y de ahí vuelven a tirarse al agua. Van nadando hasta la cala Trápana y de ahí van también por mar hasta la playa de los Galápagos.
Para romper un poco la monotonía, también hacen rutas nocturnas, para las que usan una luz frontal. Raha resalta de estas rutas la tranquilidad, porque hay menos coches y gente.
Además, de noche se pueden observar animales que por el día no se ven, como erizos o conejos. Recalca que andar de noche no supone ningún peligro.
Para empezar a caminar, Raha recomienda hacerlo de forma progresiva. Por ejemplo, la ruta de la Pista de Carros se puede hacer desde el Industrial tras recorrer el paseo marítimo y de ahí engancharla y luego bajar por la carretera de Farhana o desde la frontera de Beni Enzar bajar por el parque forestal.
Una vez en la circunvalación, se puede acortar el camino en las carreteras que conectan los distintos puestos fronterizos con la ciudad.
También se puede subir en coche a los pinos y de ahí hacer el río Nano y esa zona, sin tener que andar por terreno urbano.
Raha también es miembro del grupo de senderismo Ibriden n’Rif y tras el cierre de la frontera con Marruecos, han aprovechado al máximo los rincones que dan estos 12 kilómetros cuadrados.