El director territorial del Ingesa asegura que la empresa adjudicataria del proyecto quiere empezar cuanto antes la construcción.
En un par de meses las obras del Hospital Universitario podrían reanudarse. Así lo aseguró ayer el director territorial del Ingesa, Francisco Robles, que destacó “el cambio de actitud” de la empresa adjudicataria del proyecto. Robles resaltó que la constructora “quiere empezar cuanto antes”.
El director territorial del Ingesa aseguró que los técnicos del Ministerio de Sanidad y los de la constructora están analizando los pasos que se van a seguir para retomar las obras.
Los expertos del Ministerio ya tienen un informe con el estado actual del edificio, Robles señaló que “hay algunos desperfectos” debido a que las obras han estado paralizadas de forma ininterrumpida durante los dos últimos años. No obstante, apuntó que “no son daños irreparables”. En principio, la UTE de empresas que tiene la adjudicación del proyecto repararían estos desperfectos y llevarían a cabo la finalización de la construcción, añadió el responsable del Ingesa.
Robles resaltó que el reinicio de las obras implicará una mayor inversión por parte del Ministerio en Melilla. Explicó que hay partidas que tienen que ver con el equipamiento del hospital que no están incluidas en los presupuestos actuales, pero que serán asignadas a este centro hospitalario cuando vuelva el trabajo al interior del edificio.
El director territorial del Ingesa aseveró que “el ambiente de entendimiento” que hay entre el Ministerio y la empresa adjudicataria está favoreciendo las negociaciones y por ello, tiene la esperanza de que entre septiembre y octubre se retomen los trabajos de construcción en el interior del Hospital Universitario.
Una obra paralizada
Las obras del nuevo centro hospitalario llevan paralizadas desde hace dos años por un desacuerdo entre la empresa y el Ministerio de Sanidad. El modificado de parte del proyecto fue la causa de que la constructora paralizara sus trabajo en el interior del edificio.
Esta decisión hizo que el Ingesa llevara a los tribunales a la constructora con el objetivo de que la Justicia determinara si debía seguir con el proyecto o bien podía rescindir el contrato porque la constructora no cumplió con los compromisos adquiridos con la Administración.