El puesto fronterizo de Beni Enzar recuperó ayer la normalidad después de que unos operarios reparasen la puerta que un día antes se había desplomado, causando lesiones a dos agentes de la Policía Nacional.
Se espera que los dos funcionarios se reincorporen hoy a sus puestos, aunque no hay que olvidar que la caída de la verja, cuyo peso supera los 400 kilos, pudo haber tenido consecuencias mucho más graves
El Faro se desplazó ayer a la frontera y conversó con un responsable de la Jefatura Superior de Policía, que, en la línea de lo que manifestaron un día antes, aseguraron que el accidente fue un hecho “fortuito”. Sin embargo, admitieron que desde hacía tiempo se quería renovar el sistema de puertas de la aduana, algo que todavía no se había llevado a cabo por “motivos técnicos”.
Desde la Jefatura insisten en que la causa de que la puerta se viniera abajo no estuvo en el empuje del grupo de personas procedentes de Marruecos que intentó acceder a Melilla por la zona restringida para automóviles. La Policía lo achaca al problema técnico de esa instalación.
El Cuerpo subraya que desde hace tiempo se está planeando reparar los accesos, incluso que hay un proyecto aprobado. No obstante, todavía no se ha llevado a cabo porque en el lado marroquí “ha subido el nivel del suelo”. De esta manera, será necesario que un equipo de técnicos se desplace a la frontera para efectuar las mediciones que faciliten el correcto encaje de las puertas nuevas.
Toda obra de reforma es bienvenida en un puesto fronterizo marcado por la enorme afluencia de personas y automóviles. Sin embargo, ordenar el tráfico de peatones y vehículos requiere unas infraestructuras adecuadas, pero también contar con el personal suficiente para una tarea tan complicada. Desde los sindicatos policiales llevan tiempo solicitando más efectivos para estas tareas. Por razones como ésta, es básico que el Gobierno central tenga en su agenda incrementar los efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado